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Voto de darth_matu:
10
5,9
52.146
Drama
Estados Unidos, años 50. Jack (Hunter McCracken) es un niño que vive con sus hermanos y sus padres. Mientras que su madre (Jessica Chastain) encarna el amor y la ternura, su padre (Brad Pitt) representa la severidad, pues la cree necesaria para enseñarle al niño a enfrentarse a un mundo hostil. Ese proceso de formación se extiende desde la niñez hasta la edad adulta. Es entonces cuando Jack (Sean Penn) evoca los momentos trascendentes ... [+]
20 de octubre de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede analizarse desde dos ópticas a “El Árbol de la Vida”. Primero como una película, es decir como una producción de 140 minutos que tiene un principio y un final y cuyo objetivo es transmitir una idea por medio de una historia para que el espectador decodifique ese mensaje y saque sus propias conclusiones sobre la calidad del mismo. Desde ese punto de vista se hace entendible las miles de críticas que se ciñen sobre la obra de Terrence Malick acusándola de incomprensible, de pedante, de pretenciosa, de extremadamente extensa en su metraje, etc. No se comparten pero si se comprenden.
Desde el otro prisma, “El Árbol de la Vida” es una experiencia de vida, un viaje espiritual del que ningún ser humano con un grado de sensibilidad avanzado (fríos y puramente racionalistas abstenerse) podría quedar ausente, pues nos traslada en esas dos horas y pico a un terreno en el que seguramente el 99,9% de la población mundial en algún momento de nuestras vidas hemos incursionado, el cuestionamiento al accionar de Dios (llámenle destino, vida, suerte, ente que rige el mundo, como carajo se les antoje, pues las concepciones religiosas quedan al margen. Dios no está considerado aquí como una religión sino como un orden natural) y nuestro papel, nuestra injerencia como individuos en su obra, no solo creadora, sino presente, actual. Digo, quien no se ha preguntado alguna vez, ¿Por qué a mí? ¿Qué hice yo para merecer esto? ¿Ando por la vida deambulando como barco en la tormenta o todo tiene una razón de ser? Y aunque la obra de Malick no puede ser tomada como la verdad absoluta, pues ¿quien tiene esa verdad al fin y al cabo? Sus respuestas resultan sinceras, esperanzadoras, criteriosas.
sigo sin revelar:
Desde el otro prisma, “El Árbol de la Vida” es una experiencia de vida, un viaje espiritual del que ningún ser humano con un grado de sensibilidad avanzado (fríos y puramente racionalistas abstenerse) podría quedar ausente, pues nos traslada en esas dos horas y pico a un terreno en el que seguramente el 99,9% de la población mundial en algún momento de nuestras vidas hemos incursionado, el cuestionamiento al accionar de Dios (llámenle destino, vida, suerte, ente que rige el mundo, como carajo se les antoje, pues las concepciones religiosas quedan al margen. Dios no está considerado aquí como una religión sino como un orden natural) y nuestro papel, nuestra injerencia como individuos en su obra, no solo creadora, sino presente, actual. Digo, quien no se ha preguntado alguna vez, ¿Por qué a mí? ¿Qué hice yo para merecer esto? ¿Ando por la vida deambulando como barco en la tormenta o todo tiene una razón de ser? Y aunque la obra de Malick no puede ser tomada como la verdad absoluta, pues ¿quien tiene esa verdad al fin y al cabo? Sus respuestas resultan sinceras, esperanzadoras, criteriosas.
sigo sin revelar:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cuando el personaje de Jessica Chastain pregunta, indignada, desesperanzada por la muerte de su hijo en la guerra, Dios responde con la vida entera de esos mismos hijos, los padres y sus errores, las consecuencias de esos errores que se vuelven carne, el origen de la vida, del universo, del todo, un dinosaurio que se apiada de otro fuera de toda lógica, la muerte, la inconmensurable belleza de la muerte, un volcán haciendo erupción, un girasol inerte, un aguamarina bailando con las algas, una estrella naciendo, un corazón agonizando, las llagas de un perro sediento, todo ello diciendo: Solo somos un lunar en el culo del universo, pero somos tan importante como el cerebro o el corazón de esa inconmensurable maquinaria que se ha dado a llamar la totalidad física de la existencia, pues para cada uno de nosotros hay un lugar reservado cuando la medida del tiempo se acabe, cuando, como lo dice Arthur C. Clarke en “2001, odisea al espacio” (el libro), “el hombre se despoje de sus limitaciones físicas, materiales y pase a ser pura energía, pura insustancialidad, y el tiempo y el espacio abandonen su importancia”. Hasta allí se traslada Malick, tomando como punto de partida el origen del universo, pasando por una familia tipo de la Norteamerica de los 50 y por un mundo actual que se cae a pedazos por la codicia y el hambre de éxito financiero. Para darnos sus respuestas a esos interrogantes universales.
"El Árbol de la vida” es una película, es verdad, pero también es la más intimista manifestación que un hombre le ha hecho al mundo exponiendo su punto de vista sobre el significado de la vida, sobre la importancia de nuestro pasar y sus esperanzas sobre lo que vendrá después. Y si ese hombre se llama Terrence Malick, su confesión, compartida o no, merece ser escuchada, vista y porque no, adoptada. Pues las verdaderas respuestas, las existenciales, aparecerán, solo que será demasiado tarde para que podamos escribirlas.
"El Árbol de la vida” es una película, es verdad, pero también es la más intimista manifestación que un hombre le ha hecho al mundo exponiendo su punto de vista sobre el significado de la vida, sobre la importancia de nuestro pasar y sus esperanzas sobre lo que vendrá después. Y si ese hombre se llama Terrence Malick, su confesión, compartida o no, merece ser escuchada, vista y porque no, adoptada. Pues las verdaderas respuestas, las existenciales, aparecerán, solo que será demasiado tarde para que podamos escribirlas.