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Voto de MaidenExperience:
9
Romance. Drama Adèle (Adèle Exarchopoulos) tiene quince años y sabe que lo normal es salir con chicos, pero tiene dudas sobre su sexualidad. Una noche conoce y se enamora inesperadamente de Emma (Léa Seydoux), una joven con el pelo azul. La atracción que despierta en ella una mujer que le muestra el camino del deseo y la madurez, hará que Adèle tenga que sufrir los juicios y prejuicios de familiares y amigos. Adaptación de la novela gráfica "Blue", de Julie Maroh. (FILMAFFINITY) [+]
1 de junio de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enfocarse en el aspecto sexual para valorar "La vie d´Adèle" es una soberana estupidez. Al contrario que otros ensayos del amor homosexual, como la fallida "Habitación en Roma", Kechiche utiliza el erotismo y el deseo como adornos que giran en torno a lo que verdaderamente se muestra en esta película: un romance real, sin conservantes ni colorantes. Uno de los sentimientos que más dificultad tienen de ser plasmados en una pantalla, más si se trata de algo tan tabú para muchos mente-cerrada como es el amor entre dos mujeres.

Y digo eso porque a mucha gente le atemoriza ver 15 minutos de sexo explícito en una película que dura exactamente 3 horas, es decir, ni tan siquiera un 10% del tiempo total que dura esta cinta. En primer lugar, hablar de esta película sin arrodillarse ante la señorita Exarchopoulos es casi una blasfemia. Los bellísimos primeros planos de su rostro, de sus ojos llorosos, de los mocos que le caen por la comisura de los labios, de su mirada curiosa tras hacer el amor... La cámara ama cada centímetro cuadrado de su piel del mismo modo que lo hará el espectador, que sea hombre o mujer simpatizará con ella instantáneamente. Por otro lado, Léa Seydoux cumple notablemente en su papel de Emma, una mujer que se nos presenta con un misticismo que pronto dará paso a la ternura y suavidad de su piel fielmente plasmada en el celuloide. Ambas son una maravilla.

Por otro lado, uno de los grandes aciertos de este largometraje es que el amor surge sin artificio alguno. El progresivo cambio en el personaje de Adèle se produce por sus propias circunstancias personales, por sus temores y anhelos más inconfesables. No existe un punto de inflexión que marque un antes y un después, todo fluye con la misma facilidad que el agua de un río. El hombre, lejos de ser un problema u obstáculo, se presenta como una tierna alternativa, como un elemento de equiparable carga sentimental que la propia mujer. Fue agradable desde el punto de vista masculino la inexistencia de carga crítica frente al hombre, elemento que se muestra como una vía de escape.

Vuelvo ahora al tema del sexo. En este aspecto, "La vie d´Adèle" no inventa la pólvora, no es la primera película en la historia que muestra imágenes semejantes y seguro que no será la última. El sexo y el erotismo son utilizados como vehículos en la autopista hacia el descubrimiento de la sexualidad de Adèle, tanto heterosexual como homosexual. Al mismo tiempo, no mencionar la química en pantalla de las protagonistas durante esas escenas supone un error de bulto, puesto que filmar con la veracidad con la que ha sido rodada esta película no es una labor fácil, menos si cabe para las dos actrices. ¿La vida de Adèle pornográfica? Si quisiera ver porno no me tragaría una película de 3 horas con apenas tres escenas de carácter semejante, es cuestión de lógica.

En conclusión, personalmente me ha parecido un auténtico gozo para los sentidos esta película. Cómo el objetivo de la cámara de Kechiche sigue a Adèle en sus sueños, en sus fantasías, en su lucha contra su entorno, en las noches en las que no le importa el modo de ser feliz. "La vie d´Adèle" simboliza el encuentro con la felicidad y su disfrute sin importar las circunstancias sociales y ambientales. Ser feliz, amando y siendo amado, "n´importe qui, n´importe quoi".
MaidenExperience
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