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Voto de Martes Carnaval:
7
Thriller. Drama. Cine negro Tras la muerte de su madre, Joshua “J” Cody, tiene que trasladarse a casa de su abuela Janine, que vive en Melbourne con sus tres hijos, Andrew, Darren y Craig, todos implicados en negocios ilegales. Inevitablemente, el chico se verá envuelto en los turbios asuntos de sus tíos, sobre todo cuando se produzca un enfrentamiento entre sus familiares y las autoridades locales, situación que provocará una serie de asesinatos a sangre fría. El ... [+]
21 de enero de 2011
45 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director de esta película, David Michôd, ha hecho un esfuerzo por presentarnos algo nuevo. Eso en sí ni le justifica ni hace mejor la película pero predispone favorablemente a quienes consideramos meritoria la originalidad. Una idea nueva es siempre una cosa frágil y delicada, la puede matar una sonrisa irónica, un amago de bostezo o una mueca de escepticismo, pero es una obviedad que sin ideas nuevas ni el mundo ni el cine progresarían. Seguramente, cuando Eisenstein aportó lo que hoy conocemos por montaje a la cinematografía muchos se rasgarían las vestiduras ¿qué era eso de que una película se repensase en una sala de ensamblaje en vez de limitarse a la concatenación de las escenas rodadas entre dos golpes de claqueta? Michôd no es Eisenstein. Su contribución al cine —en el caso de que se considere como tal— es infinitamente menor, pero muchos pocos acaban haciendo lo grande.

"Animal Kingdom" es una película familiar, no porque la pueda disfrutar toda la familia —es muy aconsejable respetar la limitación de edad mínima para verla— sino porque versa sobre la familia. Una familia poco al uso, eso sí. Mi abuelo tenía dos frases referidas a la familia que eran perfectamente contradictorias entre sí pero que él desenvainaba con soltura en función del contexto: "si la familia no existiese habría que inventarla" y "la familia es una institución llamada a desaparecer". Siempre me recordaron aquello de que el sentimiento amoroso de la mujer va del "¡mátame!" al "no me despeines". Hay partidarios y detractores de la familia. También están los impostores, que se adscriben a un bando de boquilla pero en realidad militan en el contrario —la mayoría de ellos se encuadran en el segundo grupo—. La familia tiene dos cosas buenas: Te conocen y sin embargo te aceptan, y es un mecanismo de amparo, el último refugio al que se puede recurrir —cuando no consigues que ni la familia te firme los avales financieros es que la situación es ya desesperada—. La familia tiene también dos cosas malas: Te conocen y por lo tanto te subestiman —"Nadie es grande para su ayuda de cámara" decía Napoleón. Ahí está el crack de la madre de Nadal haciéndole bajar las bolsas de basura—, y genera dependencias que a veces te obligan a sacrificar tu vida en todo o en parte. Ese carácter ambivalente de la familia lo sintetizó muy bien el gran Perich en una de sus viñetas: "¡Qué agradable es recibir carta de la familia! Eso quiere decir que está lejos".

Todo esto es muy evidente en la película, donde los beneficios y perjuicios ocasionados por la familia se extreman. El protagonista, un adolescente aparentemente algo lelo, queda en una situación de total desamparo al morir su madre, lo que le hace tener que recurrir a su abuela materna, que le da cobijo y alimento pero a costa de ingresarle en un hogar de peligrosos delincuentes.

Sigue en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Martes Carnaval
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