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Voto de Martes Carnaval:
6
Intriga. Drama Jack (George Clooney) es un mercenario solitario, un asesino a sueldo con un gran talento para el crimen. Sin embargo, tras un problema al ejecutar un trabajo en Suecia, se refugia en un pueblecito italiano, donde decide realizar una última misión por encargo de una mujer: la fabricación de un arma. Su intención es retirarse después. Mientras la fabrica, traba amistad con el cura del pueblo (Paolo Bonacelli) y comienza a intimar con ... [+]
17 de septiembre de 2010
37 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
La puesta en imágenes de la novela de Martin Booth por Anton Corbijn nos acerca al mundo de los sicarios: aquéllos que viven a costa de que los demás mueran a sus manos, aquéllos cuya nómina engorda cuando adelgazan el censo de población.

La deshumanización del sicario es la misma que la del terrorista, ya que transforma a sus víctimas en objetivos carentes de biografía, pero la higiene de ideales —muy corrompida en el caso del terrorista— es inexistente en el caso del sicario, cuya única compensación a su desalmada profesión es un salario.

George Clooney cumple con creces en un papel difícil por su contención gestual, y logra que, por momentos, aborrezcamos su personaje, olvidando su condición de actor-profesional de la simpatía.

Violante Placido aporta una belleza a la vez carnal y escultural y tiene una sonrisa que ilumina la pantalla. Su secuencia nudista en el lago parece sacada de “El Nacimiento de Venus” de Botticelli.

El veterano actor de teatro Paolo Bonacelli compone con derroche de recursos un cura bonachón, paternalista, escudriñador, inquisitivo y metomentodo.

Espléndida fotografía, sobre todo en la vertiente paisajística.

Película de metáforas, buscadas o fortuitas, dentro y hasta fuera de la sala de exhibición, como son:

1º ) La muy obvia y ya señalada de conversión de gusano en mariposa.

2º ) El paraje nevado sueco de la secuencia inicial es un anuncio de la gelidez que impregna el ambiente de los asesinos profesionales al que Jack pertenece. La película está articulada en torno a la frialdad de las relaciones humanas del protagonista y del cuidado, rayano en el mimo, de sus relaciones con los objetos, ya se trate de vehículos, armas o simples productos de uso doméstico. Esa sensación que se transmite de frialdad detallista da a la perfección las señas de identidad de nuestro hombre, muestra su personalidad de virtuoso del asesinato.

3º ) La redención de Jack por el amor es un reflejo invertido —como en un espejo— de la del propio George Clooney en su encasillamiento cinematográfico de amables papeles de galán maduro.

La película tiene fallos de guión en cuanto a la lógica interna que hace progresar la acción y a la credibilidad de los comportamientos de los personajes. Los dos viajes que dan razón de ser a la historia resultan poco verosímiles. El viaje real a un pueblecito italiano al que se obliga a ir a Jack, le fuerza a confinarse en un lugar poco propicio para el fin que pretenden los que le han mandado allí. El viaje interior del protagonista, de despiadado asesino a tierno amante, es irreal. En un desierto arenoso, salvo milagro mayúsculo, no puede florecer un rosal.

Así todo, es una película que atrapa durante la mayor parte del tiempo y deja el regusto agridulce de un vino que, si no es de una gran añada, sí se puede considerar digno.
Martes Carnaval
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