Hace ocho años que la valoré, pero no hice crítica en ese momento. Hoy la he vuelto a ver y me he fijado en nuevos detalles, disfrutando de un montón de secuencias que no recordaba.

La actualización del clásico de Alfred Hitchcock, a finales de los noventa supuso un buen remake, con escenas menos encorsetadas, herencia de la época en que se rodó la primera, en los años cincuenta.

Me ha sorprendido Viggo Mortenesen, un actor de impresionante versatilidad, capaz de interpretar desde un espadachín, hasta un pintor fascinado por la rica esposa de un importante hombre de negocios; papel que Michael Douglas desarrolla con una caracterización brillante.

Gwyneth Paltrow, mantiene esa frialdad hechizante que fascinaba a Hitchcock. Recordemos que el papel de la Paltrow lo interpretó en 1.954 Grace Kelly; ambas rubias y enigmáticas.

Entretenida y bien resuelta, con un buen estudio detrás para aplicar esa pátina de cine cuidado, donde cada plano se ofrece sin precipitación. Excelente ambientación musical, fotografía, dirección artística e interpretaciones.

La nota global de un 5,7 tal vez se deba a la memoria de su predecesora, a la que muchos espectadores alaban, que sin mermar sus cualidades, nos llega atravesada por el lastre del tiempo.

Recomendable.