Por lo general las películas de acción cuidan poco o muy poco la parte esa "de pensar"; también es lógico, lo que se busca es acción pura y dura y cuanto mayor sin sentido, persecuciones, carreras de coches, desastres, explosiones y cosas muy "de morir" mayormente se disfruta.
Pero hasta que vi AUTODESTRUCCIÓN, jamás me había enfrentado a un subproducto de acción, tan poco cuidado. Su trama ofrece escaso atractivo, menos lugar para la reflexión... y aunque seas el fan más desmedido de este tipo de cine, aquí te faltará algo. Estoy convencido.

Vamos a seguir disfrutando de todo el cine que resta por ver.