Uno de sus mayores defectos: La falta de humildad. Nunca he conectado muy bien con Juan Diego Botto, como actor. Esta película está maravillosamente interpretada por dos estrellas reconocidas: Penélope Cruz, Luis Tosar y la dirige J. D. Botto.

Trata con oportunismo el tema de los desahucios, algo que le genera votos generosos, por la gran sensibilidad de la gente con las cuestiones sociales de los últimos años. Pero si leéis los comentarios de quienes han sido menos generosos con la puntuación, encontraréis coherencia en las críticas. Un absoluto caos narrativo. Es una película... ¿Verdad? no he visto un documental... Creo.

Lo que me alejó de ella fue su comienzo donde se presentan personajes sin conexión entre escenas. Ya sé que es una apuesta para llamar la atención de un espectador que lo ha visto todo, pero me parece un tanto prepotente intentar que permanezcamos como unos tontos a las tres, aguardando a ver la manera en que se resuelve aquello que pinta muy mal para la gente pobre.

En algunos momentos no escuchas lo que dicen, porque el plano secuencia está así diseñado mostrando lejanía con la escena para que a propósito no sepas de que hablan... ¿Si no nos interesa lo que dicen, para que la crean?

Vidas comunes, de personas al límite, que ya no parecen personas. A nadie interesa nuestra vida, y las vidas de los otros no nos interesan.