Un intrigante título nos ofrece este nuevo estreno de Netflix, ya que nos estamos acercando a Halloween.

Ambar, es una inmigrante mexicana que llega a Cleveland tras la muerte de su madre con la intención de ganarse la vida. Comienza a trabajar en una fábrica de tapadillo, ya que no tiene papeles. Con el poco dinero que tiene, alquila una habitación en un edificio ruinoso regentado por dos extraños hermanos. Los sollozos nocturnos de otros inquilinos resuenan y empieza a sufrir pesadillas inquietantes. Todo ira empeorando hasta que la casa se convierte en una trampa mortal.

Una atmosfera bastante eficaz hacen que la película tenga cierto interés. Todas las apariencias reveladoras de una casa encantada están presentes; los sonidos, la oscuridad y los destellos parpadeantes de bombillas flojas, apariciones fantasmagóricas etc. El guion de Fernanda Coppel y Jon Croker es simple pero contundente, llegando a un tercer acto bastante sorpresivo.

Debuta en la dirección Santiago Menghini, que aparte de ofrecernos una historia de traumas familiares, y casas siniestras consigue un trabajo digno dentro del panorama del género fantástico. Protagoniza Cristina Rodlo como Ambar una joven agobiada por la situación en la que se encuentra, donde todo le sale mal, agravándose con los problemas que le ocasiona vivir en un lugar tan espantoso como este. Esa impotencia la sabe trasladar bastante bien a la pantalla.

El desarrollo de la historia le cuesta despegar, pero una vez metido en harina el resultado es bastante digno.
Destino Arrakis.com