Esta película cuenta con un gran elenco de actores que incita a verla y descubrir una trama que parece atractiva cuando la lees. El problema es que conforme se va desarrollando uno va descubriendo que toda las expectativas no se corresponden con la realidad.
Mark Rydell se adentra en un film de historias cruzadas, en la que varios personajes que no tienen nada en común se unen gracias a otros personajes intermedios que hacen de enlace. Todos ellos son distintos pero todos siguen la misma estela de enfocar su vida al mundo del juego.
Cuando uno se dispone a ver la película espera ver una historia donde existen personajes perdidos y destrozados por las apuestas. Pero dicha decadencia no acaba de apreciarse. Uno intuye que se encuentra debajo de esa superficie, pero no consigue romper esa capa de situaciones posiblemente dramáticas.
La historia se pierde en intentar ser dramática e interesante, y no se centra en serlo. Es decir, el guión intenta buscar momentos que produzcan asombro y sorpresa; pero al final todo resulta bastante tópico y previsible; haciendo que al final no sorprenda.
Un impresionante reparto se involucra en este proyecto. Kim Basinger, Danny DeVito, Ray Liotta, Forest Whitaker, Jay Mohr y Tim Roth son algunos de los actores que aportan su talento. Pero la verdad es que no todos convencen por igual. Es verdad que en general sus trabajos están bien, pero sin lugar a dudas los que más convencen son Kim Basinger y Tim Roth. Ambos están fantásticos en sus interpretaciones y regalan personajes muy redondos. El resto de actores están flojos en algunos momentos, y cuentan con algunas escenas que chirrían ya que no transmiten lo que uno espera.
No es que todo sea nefasto en esta película, pero sí que es verdad que no consigue enganchar. Tal vez sea su guión que plantea una historia que se pierde en muchos aspectos, ya sea su dirección que en algunos momentos parece de una película de sesión de tarde; o tal vez algunas de sus interpretaciones. Sea cual sea la razón; la verdad que al final no es lo que uno espera.
En fin, "La apuesta perfecta" no es para nada una buena apuesta. Uno cree jugar con un caballo ganador, y al final descubre que ha perdido. Así que uno se retira con algunas migajas que pueden destacarse, pero que no son suficientes para hacer que esta película se eleve.