Películas en las que una jovencita vuelve loco a un tío hecho y derecho, hay para parar un tren. Estas "Lolitas", como son conocidas, son capaces de seducir a sus compañeros de reparto, con tan solo una inocente mirada, una rabieta, o con su forma de colocar los pies.

Sin duda alguna los maestros de este tipo de planteamiento son los franceses. Ellos como nadie son capaces de hacernos creer que la chica es realmente deseada por el protagonista. Saben jugar con una historia, en la que llegamos a pensar que el personaje adulto roza la demencia tras el ingenuo juego de seducción de la pequeña.

"La chica de quince años" se une a otros títulos galos tan conocidos como "El amante" ó "Bilitis" en la que se expone sin complejo un tema tan controvertido. Lo peor es que lo hace de una forma muy regular, llegando a aburrir al respetable. La fuerza del film está en unos diálogos y en un ritmo demasiado lento.