El juego de Ender y su secuela literaria, la voz de los muertos, son dos obras maestras del género de ciencia ficción, ambas galardonadas con los más importantes premios literarios que se otorgan en dicho género.
A la hora de llevar a cabo su translación cinematográfica, la productora debe tomar la dificil decisión de poner el acento en la evolución psicológica del protagonista, creando una obra compleja e intimista, sacrificando así la pirotecnia FX, o por el contrario subrayar la espectacularidad de las batallas galácticas, y por ende multiplicar el presupuesto del film, en detrimento de una historia que podría dificultar el acceso de aquellos que tienen que sufragar tal dispendio.

En una etapa tan complicada del cine como es la actual, donde solo las grandes producciones logran justificar el precio de una entrada y atraer a los espectadores a las salas, la decisión de los productores, más que acertada, era lógica.

Es por eso, que, como la mayoría de mis colagas en este foro, me temía lo peor, y casi más como un ejercicio de nostalgia y curiosidad que por verdadero interés, fui a la sala a ver cuan lejos estaba el resultado fílmico de la obra original.

Y lo cierto, es que el resultado es encomiable, pues el director y guionista Gavin Hood sabe compaginar las batallas que ocurren en el espacio exterior con aquellas que se producen en el interior del joven protagonista. Como único punto negativo diría que el guión se queda algo corto en la etapa de ascenso de Ender dentro de la academia, aunque queda gratamente compensado con unas excelentes escenas en el simulador.
Para aquellos que no han visto la película ni leido el libro tengo que decir que el juego de ender es una experiencia muy superior a los recientes y penosos estrenos en este género (Elysium, oblivion o After Earth). Les sorprenderá una historia menos convencional de lo que apunta el trailer.