Decir que soy una persona sensible y no haber llorado con Camino parece a lo menos contradictorio. Pues sí señores, no he conseguido derramar ni una lágrima con este film antieclesiástico.
Lo tenia todo para hacerme llorar porque soy ateo y odio profundamente a la iglesia. ¿Qué ha pasado entonces? Pues eso, una niña muy guapa, muy santa y muy comprensiva. Una madre muy manipuladora, a la que llegas a odiar por momentos y un padre que no responde como tal. Es el pelele de la familia.