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España España · Telde
Voto de Roscas:
3
Drama Guerra de Secesión (1861-1865). Mientras su marido lucha en el frente, Marmee se queda sola con sus cuatro hijas, sus “mujercitas”: Jo, un torbellino de energía que quiere ser escritora; Meg, la más formal y responsable, la frágil Beth y la romántica Amy. A medida que pasan los años, las hermanas comparten algunos de sus recuerdos más queridos y dolorosos, mientras Marmee y la tía March las orientan sobre cuestiones como la ... [+]
10 de octubre de 2011
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
De poco sirve gastar tantas tomas para colocar en su sitio correcto hasta el más rebelde copo de nieve para que la fotografía recuerde a las más bellas postales navideñas, o reunir en una misma cinta a un auténtico "Dream Team" de actores y actrices presentes y futuras de excelso nivel, que además no desepcionan en su trabajo, si el resultado es un bodrio infumable que aburre a niños, mayores, ovejas, amigas en plena noche de pijama y toda la ralea que a uno se le ocurra.

O quizá soy yo, que la vi casi por compromiso, o me perdí algún fotograma clave para su correcto visionado entre forzosa cabezada y cabezada, o quizá es que efectivamente carezco de sensibilidad y tengo el mismo corazoncito que Bardem en una película de los Coen. O es que es película para mujeres... pero no, porque mi novia llegó sentir las mismas ganas que yo de que apareciera algún personaje de "Pink Flamingos" a corromper la pulcritud de ese carnaval de beatas. Quizá es que hay que ser de una pasta especial para agarrotarse de tensión al enterarse de que a una niña le quitaron los caramelos, o para seguir con atención los devaneos del virginal personaje que interpreta Winona Ryder. Porque si no, no entiendo qué sentido tiene esa película, o qué puede hacer que resulte tan interesante y emotiva.

Definitivamente, la película sólo puede ser apta para cualesquiera a los que les pareciera excesivamente "gore" la Titanic de Cameron. Cada segundo de su sufrido visionado está enmelado a base de empalagosa y pedante cursilería. Decir "caca pedo pis" inferiría a un seguro jamacuco de Susan Sarandon. El Estados Unidos del siglo XIX es un precioso cuento de hadas donde nadie se ensucia las manos, y no hay ni rastro de Guerra de Secesión, ni de negros cultivando algodón en grilletes, ni de escabechinas de "pieles rojas". El resultado es un frío e insulso largometraje donde la única diversión consiste en contar el número de risas falsas y lágrimas de cocodrilo.
Roscas
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