Coges a un protagonista blanco y lo hermanas con uno negro, pero no explicas por qué, y metes a una tercera protagonista mujer y latina y ya tienes el reparto coral y políticamente correcto. Además, hay un policía gay, ahí tienes la inclusión para que todos los colectivos se puedan sentir representados.
Luego plantas una cámara en un dron y te dedicas a hacer planos cenitales molones y sin sentido para dar más vigor a la cinta.
Luego grabas a coches de policía saltando por los aires, rompiendo puestos de fruta varias veces, primeros planos de coches super rápidos y chistes sin gracia.
Y todo eso lo pones en un guión de 136 minutos que te hace querer sacarte los ojos para que acabe el sinsentido que estás viendo.
Para empezar está el robo del banco y el tiroteo posterior que quiere ser una copia de Heat pero que es pasable. A partir de ahí la película se desboca. Los protas huyen en una ambulancia con depósito inagotable y como plan tienen dar vueltas por LA con la policía más tonta que he visto nunca. Se dedican a ir detrás sin frenarles estrellándose en rectas o con obstáculos en escenas grabadas a cámara lenta vistas mil veces.
Todo para acabar debajo de un puente, pintar la ambulancia de verde para despistar a la policía y pedir ayuda a unos mexicanos que matan al supuesto experto policial que lleva la operación y que es un inútil redomado. Luego más explosiones y tiros para llegar al final con muerte de uno de ellos incluida y redención del otro.
Dios, es que es tan mala que me aburro de poner cosas.