Desde el estreno de la malísima pero entretenidilla "House of the Dead", todo Dios empezó a poner a caldo a su director Uwe Boll. No solo con sus posteriores films (que entretienen y se dejan ver), también con lo primero que realizó. Uno de los ejemplos es "Sanctimony" (traducida fatalmente, como se suele hacer en España, con el nombre de "Siniestro"), un thriller que, a pesar de que copia cosas del peliculón de "Seven" de Fincher y de la novela "American Psycho" de Easton Ellis, y de que el guión no es muy bueno, resulta entretenidilla. Las muertes no son demasiado destacables ya que hay poca sangre, pero está bien interpretada (Van Dien hace bien de psicópata chalado) y no es aburrida, y esto es algo importante en una película. No obstante no le pongo más de un aprobadillo porque su guión deja que desear y hay cosas que no se aclaran (como lo de las películas snuff), es simple, algo plagiadora y con un final brusco que parece rodado sin guión e improvisado en unos minutos. Lo dicho, no es una mala película, tampoco es la octava maravilla del mundo, pero para pasar el rato y sin más pretensiones sirve perfectamente.