Nueva película del director Jon Watss que tras pasar totalmente inadvertido con su anterior trabajo, ahora gracias a una cara más conocida busca hacerse un hueco en el nuevo mundo.

Una vez vista la película la verdad es que te quedas como antes de verla, ya que no ofrece gran cosa. Una historia que ni llega a ser una comedia propiamente dicha, ni thirlller ni nada de lo que intenta, ya que no es capaz de mantenerse en pie el tiempo suficiente como para considerarla como algo con cuerpo,

La película tiene como protagonistas a dos chicos de 10 años que encuentran un coche de policía y a partir de ahí no hay nada imposible para ellos, y la verdad es que no se les da nada mal, ya que para ser la primera vez, se desenvuelven de maravillas. Con esto queremos decir que la trama es poco creíble por no decir otra cosa.

Las interpretaciones están regular tirando a mal, todas ellas, empezando por los de los chicos, que no hay nadie que se les pueda creer pasando por Kevin que está ante una de sus peores presencias cinematográficas.

Como conclusión podemos decir que nos quedamos más con las ganas de saber porqué, estos niños abandonan su casa y la situación que les empuja a salir de ahí, que seguramente tenga algo más de sentido, que la historia que se nos presenta, en un film de carreteras secundarias fantasmas que intenta dar un aire de cine indie e independiente pero que se queda en ese mero de hecho de querer serlo.

Lo mejor: La búsqueda incesante de ser algo nuevo.
Lo peor: Se queda en un mero intento de todo lo que se propone
Recomendada: NO

@cineypunto