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Voto de Gabriel Ufa:
9
7,6
5.839
Drama
Una familia contrata a Ana Sullivan para educar a Helen, una niña sorda y ciega. Un trauma infantil, un oscuro complejo de culpa, por la muerte de su hermano, impulsa a la maestra a redimirse mediante la educación de la niña. La incompetencia y la negligencia de los padres han hecho de Helen una niña mimada, incapaz de someterse a ninguna disciplina, y con la que toda comunicación parece imposible. La adolescente vive aislada en un ... [+]
11 de octubre de 2010
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El milagro de Ana Sullivan” está basada en hechos reales ocurridos hacia 1880 y narrados por Helen Keller en su autobiografía. Antes de la película, fue representada sobre las tablas de Broadway con el mismo reparto y director, con tanto éxito que Anne Bancroft logró el premio Tony en 1960.
Desde el mismo inicio, un arranque sin titubeos y directo al grano, se da uno cuenta de que va a asistir a una gran película.
Una enfermedad, la tensión de unos padres preocupados, un doctor, … la calidad técnica que ya se deja ver en los encuadres, en cómo está situada la cámara, en cómo están colocados los actores y un comienzo formidable que casi asusta más que las películas de terror.
Es sólo el primer paso, el desarrollo posterior es aún mejor.
Los diálogos están llenos de precisión a lo largo de todo el relato, con frases laudatorias de tremendo peso. La madre: “Cada día se aleja más y no sé como llamar para que regrese”, la maestra: “¿Y acaso la vida del alma es menos importante que la del cuerpo?”.
Los padres, desesperados, recurren a una maestra como último recurso. El primer encuentro entre Ana (la maestra) y Hellen (la chica sorda, ciega y muda) en la escalera es magnífico. Su posterior relación, un tour de force interpretativo que les valió el Oscar a ambas, es de los que quedan mucho, mucho tiempo en la memoria.
Arthur Penn se sitúa como un espectador más y nos muestra con tremenda pericia el proceso de aprendizaje en tiempo real, la tremenda dificultad que entraña, la excelente labor de la maestra, la paciencia y la violencia de la niña. Todo transmite autenticidad. Ninguna de las dos actrices se reservan nada, se vacían del todo.
Es posible que al haber estudiado Magisterio, valore más la película y, en cierto modo, condicionen mi opinión, aunque pienso que es una joya sin discusión.
La escena de la familia sentada en el comedor es altamente significativa. Es una delicia cómo está rodada y lo que transmite. Una de las mejores que he visto en la Historia del cine.
El film, de alguna manera, me remite a “El pequeño salvaje”, la obra maestra de Truffaut, si bien aquélla tenía más estilo documental, ésta bebe de la obra teatral, aunque lo que tengo muy claro es que ambas son dos películas extraordinarias sobre la educación.
Seguiría hablando de esta maravillosa película, pero creo que ya es suficiente.
Película sensible, conmovedora, austera, emocionante. Un regalo de Arthur Penn a todos los cinéfilos.
Desde el mismo inicio, un arranque sin titubeos y directo al grano, se da uno cuenta de que va a asistir a una gran película.
Una enfermedad, la tensión de unos padres preocupados, un doctor, … la calidad técnica que ya se deja ver en los encuadres, en cómo está situada la cámara, en cómo están colocados los actores y un comienzo formidable que casi asusta más que las películas de terror.
Es sólo el primer paso, el desarrollo posterior es aún mejor.
Los diálogos están llenos de precisión a lo largo de todo el relato, con frases laudatorias de tremendo peso. La madre: “Cada día se aleja más y no sé como llamar para que regrese”, la maestra: “¿Y acaso la vida del alma es menos importante que la del cuerpo?”.
Los padres, desesperados, recurren a una maestra como último recurso. El primer encuentro entre Ana (la maestra) y Hellen (la chica sorda, ciega y muda) en la escalera es magnífico. Su posterior relación, un tour de force interpretativo que les valió el Oscar a ambas, es de los que quedan mucho, mucho tiempo en la memoria.
Arthur Penn se sitúa como un espectador más y nos muestra con tremenda pericia el proceso de aprendizaje en tiempo real, la tremenda dificultad que entraña, la excelente labor de la maestra, la paciencia y la violencia de la niña. Todo transmite autenticidad. Ninguna de las dos actrices se reservan nada, se vacían del todo.
Es posible que al haber estudiado Magisterio, valore más la película y, en cierto modo, condicionen mi opinión, aunque pienso que es una joya sin discusión.
La escena de la familia sentada en el comedor es altamente significativa. Es una delicia cómo está rodada y lo que transmite. Una de las mejores que he visto en la Historia del cine.
El film, de alguna manera, me remite a “El pequeño salvaje”, la obra maestra de Truffaut, si bien aquélla tenía más estilo documental, ésta bebe de la obra teatral, aunque lo que tengo muy claro es que ambas son dos películas extraordinarias sobre la educación.
Seguiría hablando de esta maravillosa película, pero creo que ya es suficiente.
Película sensible, conmovedora, austera, emocionante. Un regalo de Arthur Penn a todos los cinéfilos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Otra gran escena es la del agua que emana, una metáfora de cómo el lenguaje empieza a brotar, un signo de cómo Hellen ha ido interiorizando el aprendizaje cuyo primer paso había sido doblar una servilleta, algo tan simple para cualquiera que vea la película, pero tan importante para maestra y alumna.
El pasado de Ana Sullivan es durísimo. Abandonada de pequeña junto a su hermano, a los 5 años pierde la visión y poco más tarde a su hermano. Apenas sin vista, pasa por varios centros y es operada infinidad de veces para recuperar la vista. Su ejemplo es extraordinario.
“La obediencia sin comprensión también es ceguera”, otra de sus magníficas frases.
Es sobre todo una historia sobre la educación, sobre la pedagogía y sobre el afán de superación.
El pasado de Ana Sullivan es durísimo. Abandonada de pequeña junto a su hermano, a los 5 años pierde la visión y poco más tarde a su hermano. Apenas sin vista, pasa por varios centros y es operada infinidad de veces para recuperar la vista. Su ejemplo es extraordinario.
“La obediencia sin comprensión también es ceguera”, otra de sus magníficas frases.
Es sobre todo una historia sobre la educación, sobre la pedagogía y sobre el afán de superación.