La nueva apuesta de terror de Netflix No One Gets Out Alive, resulta ser una extraña película que me termina agradando, pese a que cuesta creer que lo que estamos viendo tenga algún sentido posible.

Es claro es una historia de inmigrantes en América con el terror como gran acompañante. Debería ser una total analogía de lo que viven los inmigrantes cuando deciden buscar nuevos horizontes y en cierta forma la película lo refleja. Ahora, cuando entramos a entender lo que estamos viendo, es que sacamos esa conclusión, pero cuando estamos en medio de la película solo sabemos que algo sucederá y que tenemos ganas de saber qué es lo que sucede como espectador.

Santiago Menghini nos regala una aceptable adaptación de la novela de Adam Nevill. Es una película que logra su cometido de mantenerte expectante a lo que sucederá en pantalla. Es una historia que carece mucho de la verisimilitud, francamente por momentos todo parece ser extraño más con su interesante giro final, aunque algo aún menos creíble que de todas maneras sigue siendo bastante efectivo para una película que te invita a no tratar de analizar todo lo que estamos viendo y tan solo dejarte llevar por lo que nos están proponiendo.

Cristina Rodlo le da personalidad a una protagonista que está llena de malas decisiones y que lamentablemente terminas con ganas de odiarla más que quererla. Una buena actuación de la mexicana que se carga en sus hombros esta película.

Una apuesta interesante mas no redonda por parte de Netflix. Siempre soy un agradecido de las propuestas que nos entrega el gigante del streaming, ya que nos permite siempre algo nuevo que ver en su plataforma. Es el caso de No One Gets Out Alive, que al menos algo incomodo y concentrado te mantendrá frente a la pantalla.