Esta "36 quai des orfèvres" (vamos a obviar estupido título en castellano) me agarró desde el principio, me dió 50 vueltas por aquí y por allá y me lanzó al final a una sensación de vacío tras los créditos. Es decir, que hacía mucho tiempo que un film de acción, llámalo thriller, no me producía 2 horas de mayor deleite. Marchal conduce con maestría el film y va apretando las tuercas hasta casi los límites emocionales. Auteuil (últimamente hasta en la sopa y lo que falta por venir) y Depardieu (otro que hace "pocas" películas al año) son la cabeza de un cartel muy bien secundado por Dussolier, Golino, Zem, etc... Y es que lo fascinante del asunto, es que, si analizamos la historia y el desarrollo de la misma, no es tan original, pero señores, si este material lo coge alguien con dominio y control y realiza un montaje soberbio sale un entretenimiento de quitarse el sombrero. Y si además le sumamos la música en tono épico de Erwann Kermorvant y Axelle Renoir todo está dispuesto para removernos en la butaca de gusto. Los americanos, tan originales ellos, ya planean su remake. Siempre nos quedará París.