Correcta flatulencia de Cristóbal Nocilla, con algún aspecto interesante pero que no deja de ser un tributo a Ikea con un baúl vacío y blindado con mil candados.

Los defensores de Corrigen amparan la ley de su cañón escudándose en que nos encontramos con una cinta lista para entretener, sí, efectivamente, pero no, porque la realidad es que en la licorería se codea con el Padrino y su semental caballo, luciendo un 8,1 de media, vamos, algo muy serio, o una broma calculada, también.

Bien es cierto que suelo racanear en las puntuaciones con cocodrilos en los bolsillos, aquí, sin embargo, con un seis, creo haber regalado mis ojos a Nocilla que con una historia en la que no conecté en ningún momento, alargó en demasía mi paciencia con tanto mueble bar, tanto módulo de Ikea, y tanta lagartija con corbata de postín para rematar en una gran nada con un cachondo final.

Lo peor de todo, no son los aspectos que Nocilla enseña o muestra, no, ni que plantee deberes con vacaciones Santillana para un nuevo visionado, ya sabéis, ¿el suegro se infla el glande con unas tenazas y no me he dado cuenta? ¿y ese laberinto por el que no cabe Cara Patata en el que salía una cebra saludando? ¿Y esa descomunal carne en barra de Patrick Ewing en la nieve simulando un sauce llorón?, tampoco creo que sean demasiado lastre esos sueños artificiales sin alma, molestan, pero tampoco aniquilan, no, no creo que sea el problema, el problema en mi caso, es que me importa tanto, que ni me interesa acudir al rescate rebuscando peluches o sacos de la risa, por lo que queda claro que Nocilla me ha resultado frío y artificial, y tengo que mantener mi posición con escopeta y perro.

Corrigen, también cuenta con aspectos positivos a su favor, tiene algún recorte que otro, entre ellos, está incomprensiblemente, Cara Patata Di Caprio, que firma con total seguridad la mejor interpretación de su carrera, muy metido en su papel y bastante creíble, sí, no lo tenía difícil pero aquí cumple tocándose el paquete y saludando al graderío.
Además, Nocilla intenta salpicar de acción la cinta buscando algo de ritmo lo cual se agradece, aunque el metraje se alargue en exceso.

Conclusión, acabo de mandarle por seur a Nocilla al mismísimo Rob Halford en celo con las guirnaldas cargadas de amor, simplemente, para que trabaje su subconsciente, seguro que disfrutará más que yo con esta película.

Se despide desde el palco.
Iturralde González con cara de muflón, la nariz hecha añicos, la mandíbula desencajada y los testículos rodeándole los muslos después de verse envuelto en una abrasadora pelea con los ultras más radicales del Olympique de Marsella.