Nuestro cerebro es un colador con infinidad de agujeros, a medida que el tiempo pasa, esos agujeros, colapsados por la cantidad de basura fílmica que van asumiendo no permiten el paso de buenas películas. Eso me sucede con "Origen", siento que es una buena película que hay que seguir de cabo a rabo, pero mi mente, que tiende a asumir con mayor alegría películas con menos empanada argumental, se resiste a prestarle la atención que se le debe prestar. Las ideas son buenas, el rollito del reloj nos lleva al más puro existencialismo adolescente, Di Caprio parece estar hecho a medida para este papel, y los demás protagonistas también, especialmente Watanabe, al que le encanta fruncir el ceño y hablar con un acentillo que pegaría a la perfección con el que muy antaño debía tener el mismísimo Confucio. Detesto a Nolan, pero esta película se tiene que ver, aunque después te de arcadas. Modestamente pienso que es mil veces mejor que la patochada del "El club de la lucha" ya que al menos el mensaje tiene sentido. De todos modos, siento profundamente que la gente joven prefiera ver estas movidas antes que películas tan complejas como estas pero mucho más dinámicas como "El ángel exterminador" de Buñuel o por ejemplo "La naranja mecánica", que deberían estar cinco peldaños por encima de "Origen", pero que por desgracia tienen prácticamente la misma nota. En definitiva, me ha gustado pero pienso que no hacen falta ochocientos millones de submundos oníricos para transmitir lo que se busca en la película, esto lo único que hace es dificultar el visionado.