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España España · Barcelona
Voto de El Criticón:
2
Musical. Drama Adaptación del famoso musical de Andrew Lloyd Webber, del mismo título. La trama gira en torno a una tribu de gatos -los Jellicles- durante la noche del año en que toman su más trascendente elección: la de decidir cuál de ellos renacerá en una nueva existencia. La producción teatral se representó ininterrumpidamente 21 años en el West End de Londres, mientras que en Broadway (Nueva York) se mantuvo 18 años en cartel.
28 de agosto de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quien haya tenido la desgracia de ver esta adaptación cinematográfica del musical “Cats” sabrá a lo que me refiero cuando digo: ¿pero qué narices es esto? Esta película no es solo una de las películas más horribles (que no malas) que he visto en toda mi vida (y he visto muchas) sino que es la demostración de que en el cine puedes meter la pata hasta las orejas mientras crees que estás rodando una obra maestra. Lo primero que uno piensa, viendo “Cats”, es si nadie vio la película antes de estrenarla. ¿Los productores estaban ciegos? ¿No se hicieron pases con público (screen tests)? ¿Tan ciegos estaban todos los que vieron los primeros pases para imaginar que esta porquería iba a funcionar? En descargo de los autores del desastre hay que reconocer que adaptar un musical tan atípico como “Cats” a la gran pantalla era una misión suicida. O sea: desde el minuto cero ya sabían el riesgo que corrían. Y todo lo que podía ir mal, ha ido mal. No entraré ahora en ese despropósito de diseño de producción con decorados horteras, con personajes digitalmente horripilantes, con gatos con cara de personas y con grandes actores alargando la mano para coger el dinero y salir corriendo (parafraseando a Woody Allen). Todo (y cuando digo “todo” es “TODO”) en “Cats” es un error: desde unos arreglos musicales horripilantes (con sintetizadores que son de una época tan pretérita que, incluso a un viejuno como yo, le suena a viejuno), hasta unos actores (¿actores?) que no pueden hacen nada más que poner su cara y algunos movimientos, pasando por unos efectos digitales que nunca han estado menos acordes a lo que se espera del producto. Los gatos/personas pretenden moverse de forma sensual (y gatuna) pero acaba siendo todo ridículo, de un patetismo que nada tiene que ver con una superproducción. Nada funciona y en el ámbito de la dirección lo que ha hecho Tom Hopper es un absoluto despropósito, rodada con desgana y sin alma. De acuerdo, los actores (¿actores?) le ponen ganas, pero eso no es suficiente cuando todo lo demás es sencillamente horrendo.

No sé que más decir, me encantan los musicales, me encanta el cine de serie Z, soy un friki que adora las rarezas.

Pero esto me ha superado.
El Criticón
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