“Plan de escape” es de esas películas que estás deseando comenzar a ver con la esperanza de pasar un bien rato y que cuando acabas te preguntas que diablos ha pasado para que con tan buenos mimbres se puedan hacer tan malos cestos. La historia es floja, los diálogos son penosos, la dirección es correcta aunque algo mecánica en su segunda mitad y los actores pasan sin pena ni gloria por los escenarios. No aporta nada al género carcelario y se deja ver con cierto gusto (aunque debería decir “melancolía”). La película arranca medianamente bien pero a medida que avanza y descubre todas sus cartas, la sorpresa se pierde y “Plan de Escape” se hunde en una sucesión de escenas que ralentizan el ritmo sin aportar nada a la historia. El villano interpretado por Jim Caviezel no tiene profundidad, es plano e incluso paródico y el segundo de abordo interpretado por Vinnie Jones (aunque mejor que Caviezel) no tiene suficientes minutos para demostrar nada. Sylvester Stallone interpreta de manera lacónica, sin fuerza, a un personaje mal escrito, no obstante Arnold Schwarzenegger aporta algo de gracia a la película (es lo mejor del filme) y nos regala una sucesión de muecas al estilo años 80s que son de agradecer en un conjunto tan apático. “Plan de escape” es de esas películas que funcionan a medio gas con el piloto automático puesto y que solo entretienen por ese deje melancólico que imprimen en el espectador.