La película sigue la carrera profesional del beisbolista Jackie Robinson (Chadwick Boseman), hombre que se convirtió en el primer jugador afroamericano en jugar en las ligas mayores, esto a mediados del siglo pasado en una sociedad anticuada que, como dice en algún momento el protagonista, se quedó en la Guerra Civil.

La trama se desarrolla de buena forma, es una obra bastante correcta en cuanto a lo que desea retratar, es decir el racismo: los problemas de los dirigentes, los conflictos dentro de la cancha con los rivales y hasta los compañeros, y fuera de ella en el ambiente general.

Jackie por su lado siempre fue un jugador irreverente que tuvo que aprender a controlarse y a contestar bateando, robando bases y defendiendo. Para de esta forma demostrar su valía con el apoyo de su esposa y de quienes confiaron en él.

El film retrata a cabalidad el ambiente beisbolero, las representaciones de los juegos están muy bien conseguidas, así como los detalles en los estadios y en general de la época. Las actuaciones son bastante acertadas también.

Siempre en este tipo de películas salta la duda de que tanto se debe conocer del deporte para apreciar el film, siempre es bueno, pero en este caso no es tan necesario, la historia trasciende esto y es un film que se centra en el racismo y la lucha ante la adversidad, así como la superación personal, recomendada.