La nostalgia vende. Eso es algo evidente. Y aprovechándose de ello, Sylvester Stallone ha decidido rendirle homenaje, tres décadas después, a la película que le dio todo y que muchos nunca olvidaremos. Y esta no es otra que Rocky. La primera de esta interminable saga.
En esta última entrega, se nos muestran continuos guiños a aquella primera historia, y se hacen reflexiones que giran en torno a la nostalgia.
La película no es gran cosa, tiene aportaciones interesantes y algún dialogo muy bueno, pero anda lejos de ser una gran producción y hay multitud de escenas forzadas y de poca calidad. Sin embargo reconozco que me ha gustado verla. ¿Por qué? Pues seguramente porque en ella he encontrado el elixir que en su día me emocionó con aquella historia magnífica surgida allá por el 1976... La nostalgia señores, la nostalgia... Y la grandeza del cine, la grandeza...