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España España · Lleida
Voto de Uma:
10
Drama Tomek es un joven de 19 años que vive obsesionado con Magda, una mujer treintañera a la que espía cada tarde con unos prismáticos. Ella es una mujer liberal y sin prejuicios que invita a su casa a muchos hombres. Tomek, celoso, decide trabajar como repartidor de leche para interrumpir sus citas amorosas... Esta película pertenece a la serie "Decálogo". (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2010
39 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es única. No creo que se haya abordado antes el tema del amor de un modo tan lúcido y a la vez tan simple. No creo que se haya hecho antes con tanta autenticidad, ni con tanta austeridad. Es un momento de inspiración, lo debió ser cuando fue parida, y lo es para el espectador que conecta con ella. Demuestra que no hace falta más que una cámara para contar algo y proyectar una emoción. Puede que sea precisamente en la simplicidad, en la obligada austeridad con la que el autor tuvo que trabajar para hacerla, donde reside su magia. James Cameron debería ver esta película y comerse con patatas sus millones de Titanic y Avatar, que no le llegan, literalmente, ni a la suela del zapato.
Como en toda buena película, los personajes son fundamentales, y aquí, con un gran trabajo actoral detrás, se nos presentan dos almas de una autenticidad que emociona desde los primeros planos. La empatía con ambos es inmediata. Son tan normales como nosotros, tienen un corazón más o menos bueno, tienen ambos sus pecadillos, sus rincones privados, y están dramáticamente solos. Son tan transparentes que nos llegan al alma. Es un gesto de brillantez por parte del autor el modo en que nos los define. Todos sus actos (por los cuales los conocemos) son intimos y cotidianos, no tienen nada de espectacular. ¿Es que se puede hacer películas con hechos tan cotidianos?, pensaran muchos. Quizás nunca antes se había hecho. Quizás nadie se atreva a hacerlo otra vez. Kieslowki hace la prueba. Quizás solo él tiene el talento para que funcione. La cuestión es que funciona, ¡y como!. Puede que esta sea la gran lección de esta película, lo autentico está, en definitiva, en lo cotidiano, en lo verdaderamente humano, cosas como prepararse un te con prisas, para llegar a tiempo al inicio del mejor momento de un día gris, cosas como dar importancia a la gala de Miss Polonia que ponen en televisión, o los sacrificios del muchacho por estar cerca de su amada: pequeñas cosas, sin batallas, sin enfrentarse a grandes enemigos, sin embargo cosas que se nos antojan gigantescas, y nos muestran la fuerza de sus sentimientos. Y cada uno de esos pequeños gestos cotidianos nos aportan cosas. Los hilos que mueven a los personajes son tan cercanos, que la pelicula se vive como una aventura propia, como si estuvieramos en esas calles polacas, de suburbios soviéticos, donde la belleza parece imposible, como parece imposible en una película tan austera, pero donde brilla quizás mas que nunca. Ese es uno de los mensajes: la belleza no entiende de estética, por paradójico que parezca, está presente en lo más rancio, en lo más rónico, en lo pasado de moda y en lo monótono. Aparece en cualquier parte, y cualquiera, los seres más vulgares, pueden ser protagonistas de la historia más bella jamás contada. Una frase lo resume: "Dices que me amas, entonces, ¿qué es lo que quieres hacer?", dice ella. "No lo se", dice él. No hay filosofía, solo verdad, y por tanto, belleza.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Uma
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