Guión, guión en estado puro. Tarantino sigue demostrando que es uno de los mejores guionistas y dialoguistas del Siglo XXI. El guión es capaz de mantener una tensión increíblemente efectiva, un suspense terrorífico, Malditos Bastardos es un western​ en la Francia ocupada por el Eje.

El lenguaje se convierte en un elemento fundamental de su diálogo, y Europa es un escenario ideal para ello, donde confluyen británicos, americanos, alemanes, franceses, italianos... El lenguaje así vertebra un diálogo que es capaz incluso de opacar el lenguaje visual y los recursos tarantinianos de violencia cómica a la que nos tiene acostumbrados.

Pero no termina ahí, cada capítulo tiene subsistencia autónoma e independiente, cada personaje tiene una electricidad única; especialmente Hans Landa (Christoph Waltz), que se coloca como quizás, el mejor personaje jamás escrito por Quentin Tarantino.