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Voto de Marcela de Vasconcelos:
7
7,3
9.986
Drama
Siglo XIX. En una remota aldea de Dinamarca, dominada por el puritanismo, dos ancianas hermanas, que han permanecido solteras, recuerdan con nostalgia su lejana juventud y la rígida educación que las obligó a renunciar a la felicidad. La llegada de Babette, que viene de París, huyendo de la guerra civil, cambiará sus vidas. La forastera pronto tendrá ocasión de corresponder a la bondad y al calor con que fue acogida. Un premio de ... [+]
5 de julio de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que es como un retrato pictórico perfecto en su ejecución, al que no le falta detalle, y en el que todos los recursos cinematográficos encajan a la perfección: bucólicos exteriores, ambientación, vestuario, cuidadosa imagen...
De todas formas, el inicio es algo irregular, la historia de las dos hermanas hijas de un pastor, deambula por un tone algo ocre e insulso hasta la aparición de Babette, que agiliza la historia.
Ver la metódica preparación del ágape es una gozada. Gastronomía y cine cogidos de la mano, un binomio repetido, y que si está bien retratado como en este caso, asegura el aplauso del espectador.
Aquí se demuestra que más allá del cine transguesor, con trazas de hiperrealismo, sexo y frases malsonantes, se pueden realizar proyectos satisfactorios e interesantes.
Ver "El festín de Babette" es como escuchar una pieza de música clásica o ver una pintura que te sosiega. Eso sí, al terminar tienes ganas de encarar una gran pìtanza.
De todas formas, el inicio es algo irregular, la historia de las dos hermanas hijas de un pastor, deambula por un tone algo ocre e insulso hasta la aparición de Babette, que agiliza la historia.
Ver la metódica preparación del ágape es una gozada. Gastronomía y cine cogidos de la mano, un binomio repetido, y que si está bien retratado como en este caso, asegura el aplauso del espectador.
Aquí se demuestra que más allá del cine transguesor, con trazas de hiperrealismo, sexo y frases malsonantes, se pueden realizar proyectos satisfactorios e interesantes.
Ver "El festín de Babette" es como escuchar una pieza de música clásica o ver una pintura que te sosiega. Eso sí, al terminar tienes ganas de encarar una gran pìtanza.