Una muestra más de los estragos que provoca en nuestro cine la maldita censura de la subvención. El talento al servicio de la ideología de turno, del amiguismo, de los lameculos oportunistas. Parece que no hemos aprendido nada del legado cinematográfico basura que tenemos gracias a la censura franquista (salvo excepciones, como por supuesto las hay ahora).
Hotel Danubio parte de una premisa argumental interesante, que bien podría haber sido la base para una intriga al estilo de los viejos clásicos del cine negro. Pero tenían que escribir un guión que se cargara cualquier interés desde el primer diálogo, elegir un director que estropeara la costosa puesta en escena desde la primera secuencia, y dar el protagonismo a dos ¿actores? de vergüenza, a los que sólo les falta mirar a la cámara. A rescatar alguna de las secuencias de los secundarios.
Estoy seguro que este tipo de películas no tendrían cabida en un mercado cinematográfico liberalizado.