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Voto de Lafuente Estefanía:
8
Drama Un joven sacerdote es destinado a una pobre parroquia minera. Allí intentará por todos los medios poner fin, por medio del Evangelio, al justificado rencor de los mineros, que viven en una sangrante situación de miseria e injusticia social. (FILMAFFINITY)
17 de octubre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay carburo para iluminar las casas más pobres, a 2'90 pesetas como indica el cartel de la tienda, y electricidad para las de los ricos.
Estamos en 1930 en un pequeño pueblo minero que parece de la zona del Bierzo. Allí llega al poco de cantar misa el joven Andrés Mendoza (Laydu).
Los sueños del seminario pronto chocan con la dureza de los hechos. El recibimiento no puede ser más frío por parte de los poderosos, "La gente aquí es poco comunicativa" ... ni menos agradable por la de los pobres, "Por aquí suelen echar siempre la culpa al cura".
Todos los esfuerzos que hace por acercar a unos y a otros se estrellan con la dura realidad de las posiciones irreconciliables. Al pobre mosén solo le queda el refugio de la "Summa Theologica" del Santo de Aquino, "El único amigo de verdad que voy a tener en este pueblo".
Y sin embargo, a base de derrochar humildad y sentido de la justicia consigue algunos logros, aunque denunciar los abusos del poderoso Don César (Marco) le llevará a perder su favor con las consiguientes amenazas. Tampoco los mineros darán fácilmente su brazo a torcer con Martín (Rabal) y Barrena (Sancho) al frente. Se quejan estos con razón que "La mina solo quiere hombres solteros que no tengan cargas familiares" por las indemnizaciones de los posibles accidentes.
Más fácil lo va a tener con los niños, aunque un balón de fútbol de reglamento le cueste la friolera de 86 pesetas.
De minas y de mineros va la cinta, de abusos de propietarios y de odios de picadores. También del sacerdote que baja a la negrura de la mina para arriesgar su vida y compartir con los paisanos el tizne del carbón, el barro y la intemperie.
Una grandísima película de corte social, ya lo advierte la dedicatoria del comienzo: "A las juventudes que lucharon por hacer posible la hermandad social de los hombres de España". "Hermandad social", más claro, agua. A comienzos de los 50 ...
Una auténtica alhaja escondida que, de haber llevado otra firma, haberse hecho en otra época o tener a un sindicalista en lugar de un cura como protagonista, la tendríamos hasta en la sopa de nuestra televisión pública.
Magnífico guion y magnífica realización. Música nada menos que de Joaquín Rodrigo, excelente el análisis de los personajes con muy buenas actuaciones de todos los actores.
Qué decir de la fotografía y de la iluminación en las frecuentes escenas nocturnas. Preciosos claroscuros con primeros planos de gran contraste en los rostros.
Bellísimo paralelismo en la Nochebuena, entre la misa del Gallo en la pobre iglesia parroquial y el encierro de los mineros en las viejas galerías. Y es que como dice el sacerdote en un momento dado, "El amor y la justicia son casi lo mismo".
Aquí en este aislado valle leonés no queda nada de la verdura fordiana con la que emparenta la cinta. Todo es o blanco o negro. Electricidad o carburo, carbón al cabo.
Una grandísima película incomprensiblemente olvidada. O no tan incomprensiblemente ...
Lafuente Estefanía
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