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Voto de Lafuente Estefanía:
9
Western Un capitán del ejército de los Estados Unidos se hace pasar por comerciante y va a México para averiguar quién le vendió rifles a los apaches que asesinaron a su hermano. Entre los sospechosos se encuentran un arrogante hacendado, su despiadado hijo y el capataz de su rancho. (FILMAFFINITY)
12 de diciembre de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece la historia de siempre. El forastero Will Lockhart (Stewart) que llega al pueblo, Coronado en este caso, y, cuando estaba a punto de partir, sufre una agresión gratuita por parte de los matones que manda Dave (Nicol), el hijo malcriado del ranchero poderoso, "Si quiere un entierro cristiano es mejor que lo pague por adelantado".
Pero también podría tratarse de las pesquisas de un capitán que quiere conocer quién proporciona a los apaches los rifles de repetición que causaron la muerte de todo un destacamento de Fort Laramie en el que murió su hermano.
O lo que pasa por la cabeza del viejo ranchero Alec Wagooman (Crisp), un hombre dominador pero en el fondo recto, al constatar la inutilidad de su hijo Dave y la necesidad de contar para tratar de enderezarlo con alguien de fuera como es su capataz Vic Ansbro (Kennedy). Este, a vez, debe moverse entre la lealtad al amo que considera como un padre y su sueño de poseer un día el rancho compartido con Dave.
Queda por último el inevitable triángulo amoroso que se establece entre Bárbara (O'Donnell), "La belleza depende siempre de cómo se mire", prometida de Vic que observa con temor la llegada de Will.
Incluso las pesadillas premonitorias del viejo Alec sobre la muerte de su hijo. El poder de los sueños ... en un anciano que a medida que pierde la vista, "Tengo más de cien mil acres de tierra y no puedo ver más allá de diez", contempla cada vez con más claridad lo que ha sido su vida y el desenlace que le aguarda.
Muchos ingredientes que resuelve un guion magistralmente escrito en el que no cabe la venganza, como consideran otras críticas, sino el escrupuloso desarrollo del sentido del deber y de la justicia.
Magistral es asimismo el dibujo de los personajes. Will, en efecto, es el forastero silencioso y observador que tantas veces hemos visto, "No hemos hablado ni diez palabras durante el viaje pero creo conocerlo bien". Mann juega con el espectador ocultando su pasado. Es "El hombre de Laramie", pero nada más, "En el sitio en que me encuentro, ese es mi pueblo". Preciosa la escena caminando decidido al encuentro de Dave para enfrentarse a él.
Sin embargo el personaje más interesante es Vic, capataz y capaz de estrechar la mano de Will después de una vibrante pelea entre las patas de los caballos y de las vacas. Un hombre, honesto a su manera, obligado a tapar los desmanes de Dave ante un padre ciego ante los mismos y del que, en el fondo, depende su propio futuro.
Todo esto se desarrolla con sencillez y coherencia, sin las inconsistencias argumentales que algunos quieren ver.
Un western clásico en la línea de los más grandes del género. "El hombre de Laramie" como el que mató a Balance, el de las pistolas de oro y tantos otros que han hecho inmortal el género. Una auténtica leyenda.
Una gran obra del todo recomendable.
Lafuente Estefanía
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