Así va toda la película. A cuatro patas y para atrás ... como el cangrejo.
Y eso que la presentación no está mal, setentera, aire un tanto pop con música country. Pronto confirmamos que se trata de un espejismo.
La trama va de recuperar unos rifles que ha robado un mexicano malo para venderlos al general Muller (Mayo), un gilipollas teutón que se ha traído el emperador Maximiliano.
Vale, que el western aguanta todo, lo que ya no es de recibo es que los tres soldados que van tras los rifles se asocien con un musulmán que se pasa el rato soltando chorradas arrefranadas presuntamente sacadas de El Corán. Tipo "Como dijo Mahoma camino de la China, la mujer en la cocina".
Tenemos anotadas unas cuantas perlas más de este tipo, "Bandido que se va, miedo que no da".
Así, entre tiroteos y mamporros va marchando la cosa, con algún que otro golpe "gracioso" como el de la mexicana marchosa, "Eres tan bonita que me vuelves loco", que se va voluntaria de rehén con la blusa abierta.
Ni guion, ni realización, ni interpretaciones, pésima banda sonora ... pero la guinda es el fraseado cutre que se gastan.
Huir. El que avisa no es traidor, como dijeron en Calatañazor.