Quinta producción de la factoría Disney que no tuvo demasiado éxito en taquilla pero que con los años se ha ido convirtiendo en uno de sus clásicos más reconocibles.

En una duración de poco más de sesenta minutos, por falta de presupuesto todo sea dicho, nos encontramos con multitud de mensajes trascendentales sobre la vida y la muerte, tratados eso sí de manera precipitada, pero con mucho cariño y de forma sutil para no traumatizar a los peques.

Además, el joven ciervo cuenta con un buen número de entrañables amiguitos que amenizan las escenas más distendidas que se entremezclan atinadamente con algunos momentos dramáticos, sobre todo uno que ya es historia del cine y que ha marcado la infancia de muchos adultos.

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