Nos encontramos con una propuesta de lo más bizarra que se puede sugerir. Una especie de contemporánea representación de estilo teatral de lo que sería un jucio según los estándares actuales, sobre los implicados en las circunstancias que llevaron a la condena a Jesucristo. Es llevada a cabo por un grupo de judíos, con la intención en principio de lavar esa imagen de colaboracionistas que la historia le ha dado para con la muerte de Jesús. Todo ello en un escenario abierto donde todos pueden participar (de hecho lo hacen, a menudo, pero con una educación y sentido del respeto mutuo muy, pero que muy difícil de trasladar a la realidad).
A pesar de estar interpretada de forman más que decente, y a pesar de tener ciertos pasajes meritorios y bienintencionados, la película no deja de emanar ese tufillo adoctrinante y parcial tan típico en las películas de Jose Luis Sáenz de Heredia (repasen algunas "joyas" de su filmografía, tales como RAZA o FRANCO, ESE HOMBRE). A pesar de ser de un modo atenuada, esa demagogia para quedar bien con (casi)todos, especialmente notoria en el desenlace de la película, le resta bastante empaque al conjunto.
Especialmente innecesaria la sub-trama de corte policial que no hace sino entorpecer el desarrollo normal, aunque el mensaje que subyace en ella sea en parte en mismo que en el llamado "Proceso".