Media votos
6,2
Votos
2.139
Críticas
4
Listas
7
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Kundera:
9
7,1
7.104
Drama
Tras instalarse con su familia en un barrio de las afueras de París, Laure, una niña de diez años, aprovecha su aspecto y su corte de pelo para hacerse pasar por un chico. En su papel de "Michael", se verá inmersa en situaciones comprometidas; y Lisa, una chica de su nuevo grupo de amigos, se siente atraída por ella. (FILMAFFINITY)
8 de abril de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre me ha resultado difícil entender la identidad de género. ¿Qué significa tener un cuerpo de hombre y sentirse mujer? ¿Y al revés? He leído sobre ello, he discutido sobre transexualidad con los colegas, he tenido colegas transexuales… pero a pesar de todo, sigo sin comprenderlo del todo. De todas formas, manifiesto mi respeto y apoyo a toda persona que no se identifique con el género asociado a su sexo biológico. Es más, siento admiración por su valentía al ser como son, enfrente de un mundo que no les entiende y que puede llegar a ser muy cruel.
Esta película nos presenta el tema de la identidad de género desde la niñez, con una perspectiva espontánea e inocente. Cuando uno es niño, los prejuicios interiorizados son casi inexistentes, ya que se está descubriendo cómo funciona el mundo, a medida que se va experimentando. El niño muestra de forma más sincera lo que realmente siente, sin preocuparse demasiado por lo que puede pasar a su alrededor. En la película, Michaël va construyendo su identidad con aquello con lo que se identifica: conducir un coche, vestir ropa de chico, jugar al fútbol, las peleas, la chica que le gusta, beber cerveza,…
Para mí, la película va más lejos que un simple juego. Jugar significa adoptar un rol durante un tiempo para luego volver a la realidad. Michaël en cambio siente lo que hace y lo siente las 24 horas. De todas formas no es mi intención juzgar lo que Michaël siente o quiere. Creo que él es la persona más indicada para ir descubriéndolo por sí mismo.
Esta película nos presenta el tema de la identidad de género desde la niñez, con una perspectiva espontánea e inocente. Cuando uno es niño, los prejuicios interiorizados son casi inexistentes, ya que se está descubriendo cómo funciona el mundo, a medida que se va experimentando. El niño muestra de forma más sincera lo que realmente siente, sin preocuparse demasiado por lo que puede pasar a su alrededor. En la película, Michaël va construyendo su identidad con aquello con lo que se identifica: conducir un coche, vestir ropa de chico, jugar al fútbol, las peleas, la chica que le gusta, beber cerveza,…
Para mí, la película va más lejos que un simple juego. Jugar significa adoptar un rol durante un tiempo para luego volver a la realidad. Michaël en cambio siente lo que hace y lo siente las 24 horas. De todas formas no es mi intención juzgar lo que Michaël siente o quiere. Creo que él es la persona más indicada para ir descubriéndolo por sí mismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La niñez, a parte de la inocencia también se caracteriza por la fragilidad. Fragilidad porque el niño es vulnerable. El niño necesita de la gente adulta para protegerlo de los peligros que le esperan ahí fuera y darle la autonomía suficiente para ser como es y enfrentarse a las nuevas situaciones.
Michaël, dentro de su descubrir, se encuentra con dificultades. Pero en especial, me gustaría resaltar dos situaciones que le crean fuertes inseguridades. Por un lado cuando están jugando al fútbol y los chicos mean al lado del campo. Por otro lado, cuando se va al lago con la pandilla del barrio y tiene que ponerse un bañador. En estas dos situaciones, el sexo biológico es un problema ya que no se corresponde con su género. El sexo biológico está tan fuertemente ligado al género que hasta Michaël sabe que esa línea no la puede traspasar.
A lo largo de la película, a cada paso que daba, yo me alegraba de ver que él era más feliz: jugar al fútbol, sacarse la camiseta, peleas en el lago, bailando con Lisa, su primer beso,… Pero por otro lado, me preocupaba cada vez más por cómo iba a ser el desenlace. Inevitablemente, las dificultades van en aumento, hasta que al final quiebra la situación y su madre le coloca en su sitio.
Aquí me parece interesante resaltar los dos tipos de censura, por un lado la censura externa: la madre de Michaël, la pandilla del barrio,… Por otro lado la censura interiorizada de Michaël, es decir, aquello que él mismo decide no mostrar. Estas dos censuras actúan de guardián del discurso dominante sobre cómo debe comportarse socialmente una persona en función del sexo biológico que tenemos al nacer.
La película me ha traído recuerdos de cuando yo era pequeño. Yo también tenía mis deseos, mis fantasías y mis emociones, que no las compartía con nadie. Pero al igual que Michaël, pasé el límite y tomé consciencia de las normas que rigen el mundo. Yo, como forma de supervivencia, decidí esforzarme por ser “normal” para no ser apartado de la comunidad. Por lo que fui creando capas y más capas, una encima de otra para ir tapando esa parte de mí.
Ahora ya han pasado los años y todo lo que viví lo veo con distancia y con otra perspectiva. A veces me esfuerzo por rescatar mis recuerdos, lo que sentía cuando era pequeño, quitando las capas que se han ido acumulando a lo largo de más de 20 años. Y me emociono al revivirme. Me emociono al verme a mí mismo de pequeño descubriéndome. A veces me digo a mi mismo: Ese soy yo.
Michaël, dentro de su descubrir, se encuentra con dificultades. Pero en especial, me gustaría resaltar dos situaciones que le crean fuertes inseguridades. Por un lado cuando están jugando al fútbol y los chicos mean al lado del campo. Por otro lado, cuando se va al lago con la pandilla del barrio y tiene que ponerse un bañador. En estas dos situaciones, el sexo biológico es un problema ya que no se corresponde con su género. El sexo biológico está tan fuertemente ligado al género que hasta Michaël sabe que esa línea no la puede traspasar.
A lo largo de la película, a cada paso que daba, yo me alegraba de ver que él era más feliz: jugar al fútbol, sacarse la camiseta, peleas en el lago, bailando con Lisa, su primer beso,… Pero por otro lado, me preocupaba cada vez más por cómo iba a ser el desenlace. Inevitablemente, las dificultades van en aumento, hasta que al final quiebra la situación y su madre le coloca en su sitio.
Aquí me parece interesante resaltar los dos tipos de censura, por un lado la censura externa: la madre de Michaël, la pandilla del barrio,… Por otro lado la censura interiorizada de Michaël, es decir, aquello que él mismo decide no mostrar. Estas dos censuras actúan de guardián del discurso dominante sobre cómo debe comportarse socialmente una persona en función del sexo biológico que tenemos al nacer.
La película me ha traído recuerdos de cuando yo era pequeño. Yo también tenía mis deseos, mis fantasías y mis emociones, que no las compartía con nadie. Pero al igual que Michaël, pasé el límite y tomé consciencia de las normas que rigen el mundo. Yo, como forma de supervivencia, decidí esforzarme por ser “normal” para no ser apartado de la comunidad. Por lo que fui creando capas y más capas, una encima de otra para ir tapando esa parte de mí.
Ahora ya han pasado los años y todo lo que viví lo veo con distancia y con otra perspectiva. A veces me esfuerzo por rescatar mis recuerdos, lo que sentía cuando era pequeño, quitando las capas que se han ido acumulando a lo largo de más de 20 años. Y me emociono al revivirme. Me emociono al verme a mí mismo de pequeño descubriéndome. A veces me digo a mi mismo: Ese soy yo.