La verdad es que Renny Harlin ha tenido momentos mejores, bastante mejores. Y, si me apuran, dentro de los malos momentos que está pasando desde hace unos lustros, ninguno tan bochornoso.
Es verdad que Harlin no tiene ninguna película con la que digas “he flipado”, pero es responsable de un montón de cintas agradables con las que pasas un rato entretenido, pero como digo, hace ya un tiempo que eso no es así. Vaya racha que lleva el tipo. Un horror. Pero es que esta ya no hay por dónde cogerla: el argumento es espantoso; los efectos especiales son ridículos; el montaje es un esperpento (se ve que la tijera hizo daño en la sala de montaje); pero las interpretaciones ya son lamentables. Kellan Lutz es algo calamitoso. Es verdad que está muy fuerte, pero no deja de poner ese careto de aguantar ventosidades en todo el metraje; la protagonista no es nada mejor, pero el que se lleva la palma es el malo, Liam Garrigan creo que se llama, que es ya vergonzante.
Fíjate cómo será la cosa que se la conoce como la mala de “Hércules” como si la de The Rock fuera algo que quitara el hipo.