Con un inicio que rompe con las azucaradas escenas de toda comedia romántica que se precie, hablamos de cuando se conocen y de cuando inician la relación hasta que llegamos a la boda. Este inicio con mala baba contra la marca llamada "comedia romántica" es sin duda la mejor parte de una cinta, por otro lado, preocupantemente irregular en el terreno narrativo, lo cual le merma de convertirse en una de las mejores comedias del año.

La película tiene en esos instantes de mala baba y sarcasmo su mayor virtud, siendo su marca de diferencia sobre otras obras del género; algo que ya hizo La boda de mi mejor amiga (2011). Con un reparto eficaz y entregado a esos momentos, la película se digiere con comodidad pero termina perdiendo carácter al terminar dirigiéndose a querer gustar a todo el mundo, es decir acaba cayendo en la vacía satisfacción que el género al que con tanta mala uva critica.

Una cinta que tiene en su intención anti-romántica y en el sarcástico humor (que no gustará a todo el mundo) sus mayores virtudes.