Steven Knight, reputado guionista en el cine actual gracias a la excelente Promesas del Este (2007), debuta en la dirección con este filme minimalista con un solo espacio y un solo personaje durante todo momento.

La presencia de Tom Hardy todo tiempo en pantalla se convierte en un verdadero placer al estar ante una de las grandes figuras interpretativas del cine actual y que realiza un trabajo muy contenido y a la vez totalmente desgarrador, creciendo su influencia en nosotros como espectadores cuanto más avanza el metraje, esto nos da cabida para hablar quizás de un mínimo punto negativo que el filme contiene y es que comienza algo frío pero va mejorando a cada minuto que avanza.

Las conversaciones por teléfono desde el coche, y los monólogos y auto-reflexiones que el solitario personaje mantiene durante todo el filme nos hace estar viendo un verdadero ser humano, una historia sobre nosotros mismos, sobre el fracaso, el deber, nuestro poder de decidir que hacer con nuestra vida y sobre abrir nuevas esperanzas.

Una pequeña pieza que se convierte en un gran retrato humano, de nuestras virtudes y nuestros errores.