Una visión profética del mundo, la fórmula es sencilla: la vida que creemos poder ver no es más que una ilusión, que se doblega ante los hilos de nuestra voluntad, el fantasma que realmente explosiona el motor de la existencia.

Una road movie, que parte de la anécdota insulsa para convertirse en un sacramento de la historia del cine, una revolución, una forma de lenguaje, el fragor de la contracultura americana. Supongo que con Jack Nicholson y Peter Fonda al volante, es fácil llegar a cualquier buena posada y más con la banda sonora de toda una generación como macuto.

Pero sobre todo la libertad, y su teorización práctica, no hay nada más mundano y baladí que "hacer" y que los otros permitan que hagas, este es el homenaje más sobrio que se le puede regalar a la idea de "sueño americano":