Un romance sofisticado, que lleva aparejado la firma del director, que sabe bien como construir escenarios elegantes. Mediante un mundo turbio con personajes misteriosos, y una intriga indiscreta de fondo se desarrolla esta road movie con pretensiones emocionales demasiado evidentes. La idea que hilvana el viaje es seductora y sus paradas por el camino ofrecen puntos de vista generativos y suficientemente inquietantes como para no querer abandonarlo.

Aún así, sus mensajes respecto del amor como ente destructor llegando a la obviedad del canibalismo y su correspondencia con la madurez juvenil, se atraganta. No consigo entender algunas de las vocaciones de sus protagonistas, ni empatizo con las conclusiones morales fruto del resultado de sus acciones. Es por eso, que me parece que desaprovecha, en gran medida, el potencial de sus aspiraciones. A pesar de esto, el guion borbotea a fuego lento, y consigue clímax sugestivos que producen reflexiones éticas interesantes, cuestionables y a veces suficientemente encantadoras como para atraer mi atención.