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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
7
Drama Basada en la vida real de Ron Woodroof, un cowboy de rodeo texano, drogadicto y mujeriego, al que en 1986 le diagnosticaron SIDA y le pronosticaron un mes de vida. Empezó entonces a tomar AZT, el único medicamento disponible en aquella época para luchar contra tan terrible enfermedad. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que cumplen en varios campos sus objetivos: aparte del mero entretenimiento, y aprovechando que se basa en hechos reales, con un buen guión que de una forma más bien fiel a la realidad muestra lo acontecido, se denuncia a un estrato poderoso de la sociedad y se ensalzan valores y derechos humanos que sí pueden aportar una cierta conciencia para el espectador. Y este es el caso de “Dallas Buyers Club”, que sin ser, al menos en mi opinión, una obra maestra, sí es un buen film que además ha tenido la habilidad de no haberse rodado de forma demasiado académica, librándolo de ser un producto coyuntural con vida limitada o de ser un telefilm. Quizás sirva más como documento (que no documental, eso es diferente) más que como film dramático ya que la atención se ha centrado más en el desarrollo de la historia que en la de sus propios personajes. No hay demasiada información de los antecedentes de sus protagonistas, de sus circunstancias dadas, pero las escasas escenas que se nos muestran sus ámbitos familiares o íntimos funcionan, sin buscar nunca un tono efectista. Y sus actores, sobre todo físicamente, han hecho un meritorio trabajo y por ello recientemente han sido oscarizados Matthew McConaughey y Jared Leto, que han hecho una notable labor, la mejor de sus respectivas carreras y también de las más lucidas. Y lo de lucidas lo digo sin pretender desmerecer, pero creo que cada día me gustan más las interpretaciones sin tanta transformación, apoyadas por un buen trabajo en maquillaje (el tercer Oscar que consiguió), pérdidas de peso, añadidos de postizos, edad, acentos… Creo que cada vez me seduce más el actor/ actriz con su texto y frente a la cámara, más que el ejercicio de intentar reconocer a la primera al famoso de turno transformado, moda que amenaza con seguir. Y lo digo en esta ocasión, que está fuera de sospecha, porque sigue habiendo una tendencia en valorar más este tipo de actuaciones, tanto por parte de los académicos como de los espectadores. Aunque ahora suene a algo frívolo, que lo será, no digo que no, pero McConaughey ha tenido escenas que me ha recordado físicamente a Christopher Walken así como Jennifer Garner tenía momentos de Geena Davis o Leto a Paco León cuando imitaba en “Homo Zapping” a Anne Igartiburu. Me ha llamado la atención y me parecía curioso comentarlo, pero me gustaría cerrar este comentario resumiendo o insistiendo en que “Dallas Buyers Club” es cine bien hecho, cuidado como es habitual en la mayoría de las producciones americanas de corte independiente o que han surgido fuera del “mainstream” de Hollywood, tanto técnicamente como en la música elegida, en todo, y además tratado con respeto y sin moralinas de cuarta. Por todo ello el éxito de esta película no solo me parece justificado si no que también es merecido.
Maggie Smee
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