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Voto de Francisco Javier Millan:
6
Ciencia ficción. Acción Desde el inicio de los tiempos Apocalipsis, el mutante más poderoso que ha existido nunca, era adorado como un dios mientras acumulaba los poderes del resto de mutantes convirtiéndose en un ser inmortal. Tras miles de años dormido, despierta en un mundo que no le gusta y por ello recluta un equipo, encabezado por Magneto, para acabar con toda la humanidad y crear un nuevo orden mundial. Pero el Profesor X, con la ayuda de Mística, se ... [+]
25 de mayo de 2016
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Leía recientemente un artículo donde se hacía referencia a diferentes directores de cine cuyas carreras se habían visto truncadas por culpa, paradójicamente, del éxito conseguido con alguna franquicia. Tenemos que reconocer, sin miedo a equivocarnos, que la filmografía de Bryan Singer murió en algún punto del camino entre tantas adaptaciones mutantes del universo Marvel. Si bien hace un par de años, nos encontramos un film como “Días de futuro pasado” con la intención de encarrilar esta saga en peligro de extinción, ahora en su continuación, observamos una vuelta al cansancio y al espectáculo meramente entretenido con un alma completamente vacía.
Quizás su principal problema no sean sus malos o buenos atributos, que haberlos haylos por partes iguales, sino más bien el tedio acumulado en este 2016 donde en menos de cinco meses, si no me fallan los cálculos, hemos vivido hasta cuatro adaptaciones de superhéroes en la gran pantalla. Títulos con un corte seriado, heredado directamente del formato televisivo, cuyo principal peligro es encontrarnos con episodios de relleno sin ninguna virtud creativa. Mientras en una serie, de una semana para otra, te puedes encontrar episodios con diferente calidad, en el cine tienes que esperar en torno a dos años, para ver si la continuación está a la altura de las circunstancias. Algo que no es el caso.
Singer nos entrega un capítulo con una primera hora de presentaciones y nuevos planteamientos, producto de esa tabula rasa que supuso la anterior propuesta. Una construcción de personajes y situaciones familiares, mezcladas con otras menos vistas, que se desarrolla con un tono hilvanado con oficio, pero sin la chispa que nos hizo vibrar en “X-MEN 2” o “X-MEN: Primera Clase. En algún punto hemos perdido la sensación de novedad.
La inminente llegada de un super villano de la talla de Apocalipsis, que parece sacado del universo de las Tortugas Ninja, hacía presagiar un tour de forcé de primer nivel. En la cabeza de muchos nos podíamos imaginar la envergadura de su clímax final, en una destrucción global de la que apenas vemos sus verdaderas consecuencias. Todo se reduce a un puñado de planos CGI, que parecen salidos de un mal sueño de Roland Emmerich.
El enfrentamiento entre los jinetes del Apocalipsis y los X-Men no es nada reseñable. Mucho ruido y pocas nueces en una contienda, que vuelve a reforzar mi creencia de que la escena en el aeropuerto de “Civil War” es, por el momento, la mejor lucha de equipo vista en la pantalla desde hace mucho tiempo.
Y es una lástima, el reparto está muy bien elegido, y los actores se mueven muy bien en sus personajes, haciéndonos olvidar por completo el legado dejado por sus versiones más mayores.
La película no es el desastre al que algunos hacen referencia, pero está en esa punta del acantilado entre la salvación y la caída libre. Se pide a gritos un relevo generacional a la cabeza del proyecto, en el que Bryan Singer tendría que empezar a recapacitar sobre su futuro más inmediato. Aún confío ver el capítulo definitivo de los X-MEN en una saga que siempre ha sido un quiero y no puedo.
Francisco Javier Millan
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