Un sentido del humor bastante acertado en una película mala pero bien hecha. Leprechaun consigue sacudirse la parodia y consigue dar un paso técnico más en comparación al resto de películas de serie casi Z que pueblan el género. Jennifer Aniston y Warwick Davis (Willow) son suficientemente atractivos como para despertar la curiosidad por semejante frikada, pero luego la película consigue mantener el ritmo durante toda su duración, cosa que no pasa en el resto donde a los 40 minutos ya nos hemos reído todo lo que se podía uno reír.

No es una majestuosa película, y por supuesto no es un "gran monstruo del cine", pero es lo suficientemente justa consigo misma como para ser una película friki sin desmerecer cuestiones técnicas. Mala, pero con clase.