Seré directo y corto: The Prodigy me llegó a gustar gracias a su final, bastante atípico en este tipo de películas.

The Prodigy es una película que parece en todo momento un telefilm. A pesar de que McCarthy se esfuerza por quitarse esa máscara, lo cierto es que esta película parece sacada de una sobremesa, con una madre angustiada como protagonista intentando salvar a su pequeño (de sí mismo en este caso). A partir de aquí, clásica investigación maternal con un padre que es un mero florero, y, por una vez, un final satisfactorio para los que estamos cansados de determinadas estructuras marcadas en el género.

Desgraciadamente todo lo demás no compensa demasiado, y entiendo que alguien tenga sus prejuicios a la hora de darle la oportunidad.