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Voto de Cinemagavia:
4
Musical. Drama Adaptación del famoso musical de Andrew Lloyd Webber, del mismo título. La trama gira en torno a una tribu de gatos -los Jellicles- durante la noche del año en que toman su más trascendente elección: la de decidir cuál de ellos renacerá en una nueva existencia. La producción teatral se representó ininterrumpidamente 21 años en el West End de Londres, mientras que en Broadway (Nueva York) se mantuvo 18 años en cartel.
24 de diciembre de 2019
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Cuando el gato no está…

Se ha convertido en uno de los estrenos más esperados del año y finalmente, es uno de los estrenos más importantes de diciembre: Cats, la versión cinematográfica del famoso musical de Andrew Lloyd Webber y T.S. Elliot. El éxito de la obra original lleva décadas triunfando en Broadway, siendo incluso uno de sus temas – “Memory” – todo un himno en la industria musical. Sin embargo, el film no ha obtenido la misma suerte. El guion adaptado por Lee Hall y Tom Hopper no ha sabido sacar partido a las palabras de Elliot y se ha quedado en un relato en el que se aprecia la calidad que hay detrás, pero que no termina de engatusar al público. Hay varios momentos en los que se pierde en una verborrea narrativa y parece una sucesión de historias unidas por un imperdible sin una cohesión real.

Se echa en falta mayor vigorosidad e impacto, dado que por su duración podría haberse sacado mayor profundidad a los personajes que van presentándose al espectador. Tristemente, se queda en un prisma en el que el espectador no es capaz de empatizar con lo que se está viendo en pantalla. Al igual que ha pasado con otros musicales, el guion no luce y no ha podido adaptar al cine el impacto que fabrica sobre las tablas de los distintos teatros donde se ha realizado el montaje original. Hay ciertos momentos de emoción, pero que, por otros motivos, no terminan de brillar. Por lo cual, el guion es desigual y termina cumpliendo únicamente su función de entretener. Las canciones van completando el despropósito narrativo que y que, en varias ocasiones, salva las circunstancias. Una oportunidad perdida, por lo menos, en el tratamiento de la historia.

*…los ratones salen a bailar

El reparto de Cats es envidiable, hay tantos nombres con gran talento en este proyecto, que parecía muy complicado dar un resultado criticable, pero, sin ser su responsabilidad, no ha servido de nada el esfuerzo actoral. Francesca Hayward ha sido la encargada de dar vida a Victoria, principal protagonista de la obra. Se puede ver su esfuerzo físico e incluso, corporal pero falla en su ejecución expresiva. Da un resultado bastante plano y a veces parece que va a salir de ahí, pero no, pese a ser el papel principal. Sin duda, hay que destacar el gran esfuerzo dramático de Jennifer Hudson como Grizabella. Pese a tener varios factores en su contra, sus escenas son de las que más disfruta el espectador y tiene varias veces con ese ápice de emoción. Es indiscutible que Hudson es de las que más destaca del reparto.

Rebel Wilson, Ian McKellen, Laurie Davidson y James Corden sucumben al nado contracorriente y terminan cayendo en interpretaciones histriónicas que, por lo menos, causan las risas entre los espectadores. Seguramente no fue totalmente su intención, pero, de esta manera, permiten al público divertirse y disfrutar del esperpento visual que hay delante de sus ojos. Sus números, varios de ellos, son dignos de estudio. Lo mismo ocurre con Judi Dench, la veterana actriz regala lo mejor de sí misma, pero se queda en un intento. Y como no hablar de Taylor Swift y su Bombalurina. La cantante realiza una actuación más que notable con uno de los mejores números musicales. Resuelve su trabajo con gran naturalidad. No se puede decir lo mismo de Idris Elba, el actor se convierte en Macavity, pero termina siendo una caricatura de la personalidad de su personaje. Le falta fuelle. Un elenco muy desaprovechado.

*Sin palabras

Las reacciones después de ver Cats son indescriptibles. Es una película que rompe los esquemas de lo que se va a ver en pantalla y abre el debate hasta dónde puede llegar la magia del cine. Los efectos especiales son de los peores que se han podido ver durante este año. Hay muy poco cuidado en ellos y un acabado realmente terrible. Algunas de las escenas musicales pueden llegar a producir pesadillas entre los más pequeños y los más grandes, son muy inquietantes e incluso, a veces, turbadoras. La concepción del diseño de los personajes crea una quimera que merece la pena ver por el extraño “Frankenstein” cinematográfico que se ha establecido, pero no por el resultado de la película en sí. Sorprende dado que la dirección artística es impoluta, con una puesta en escena muy cuidada y con mucho gusto. Los escenarios son de ensueño.

Musicalmente es innegable que hay un trabajo muy profesional detrás y las canciones funcionan muy bien técnicamente. Hay momentos de espectáculo apreciables, pero no contundentes. Por estas razones, el film no se convierte en disparate, pero hay que aceptar que es un retrato visual grotesco. Aun así, a nivel técnico se puede ver que ha habido un gran despliegue que, tristemente, no ha gozado de una brillantez como se hubiera podido esperar. Sin embargo, los errores provienen de la post-producción con el montaje. En este parámetro se pueden observar varias flaquezas, ya no solo por los efectos digitales, sino también por la falta de ritmo y dinamismo. Se percibe cierta ralentización de la acción y se estanca. Por dicha razón, una parte del público puede sentir el ambiente demasiado tranquilo. Falta pasión.

*Conclusión

Cats es un esperpento visual, que arroja unos retratos bastante perturbadores. Por estas deficiencias técnicas, las interpretaciones del reparto no terminan de lucir como podrían. Destacar las actuaciones de Jennifer Hudson y Taylor Swift, que son de las pocas que llegan al espectador en alguna ocasión. Musicalmente está muy bien trabajado auditivamente, pero no se ven acompañados por el resultado visual. La dirección artística es fantástica y concibe unos escenarios muy elaborados y con un gran gusto estético. El ritmo es irregular y se estanca en varias ocasiones, falta dinamismo y pasión. Una adaptación cinematográfica que se convierte en el ejemplo perfecto para plantear hasta dónde los avances tecnológicos son un instrumento válido para la expresión artística.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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