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Voto de Cinemagavia:
7
Drama Cansada de su vida de jubilada, y de compararse con sus amigas que son abuelas, Marisa decide viajar a un campo de refugiados griego donde, a su parecer, necesitan a gente exactamente como ella. Al llegar allí, descubre una realidad que no habría podido imaginar y que le lleva a explorar los límites entre el amor y la necesidad de sentirse útil.
4 de junio de 2022
10 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
*¿Qué es lo correcto?

Es una pregunta que frecuentemente se hace el ser humano ante ciertos comportamientos. Quizás nos engañamos a nosotros mismos o enmascaramos los verdaderos motivos que nos mueven a querer ayudar a quien lo necesita.

Afortunadamente nos mueve la empatía, tenemos la necesidad de ayudar si tenemos a mano las herramientas suficientes. En La voluntaria se aprecia la solidaridad y algo más. Colaborar en este tipo de actividades es una ardua tarea, no es fácil. Hay que cumplir una serie de normas establecidas que no siempre se está dispuesto a acatar, como el personaje de Marisa (Carmen Machi).

El papel más antipático o incómodo le ha tocado a Itsaso Arana (Carol), al ser quien debe hacer cumplir dichas normas necesarias, poner un poco de orden. Incluso se puede llegar a pensar si las ONG han perdido el objetivo inicial de ayuda. Ciertos gestos, aunque estén revestidos de amor, generan muchos problemas en ese sistema tan complejo y especial.

*Una torre de Babel

Según palabras textuales de Nely Reguera, una de las dificultades en el rodaje de La voluntaria ha sido el cambio constante de la realidad. Es decir, los campos de refugiados cambiaban, haciendo que todo fuera muy efímero y complejo.

Pero al mismo tiempo también fue una experiencia muy bonita y enriquecedora, en la que los refugiados eran auténticos, ella ha querido que contaran sus experiencias reales y que la película se nutriera de ellas.

Por ejemplo, el niño protagonista, Hamam Aldrarweesh, en el papel de Ahmed, nació en realidad en un campo de refugiados y fue muy curioso cómo se entregó interpretando su propio papel. Su estricta familia le había inculcado hacer las cosas bien. Enseguida se familiarizó con el funcionamiento del rodaje, llegando a aprender palabras en inglés, griego, español...

En la actualidad, tanto su familia como él, viven en Alemania y acude diariamente a la escuela.

*La alegría de los niños entre tanta miseria

Resulta muy agradable comprobar cómo los niños, a pesar de las circunstancias más adversas, tienen una energía y unas ganas de jugar increíbles. Su inocencia y frescura alegran la tristeza de la dura forma de vida en los campos.

En ellos, con tanta gente abandonada, tirada, queda patente la deshumanización del sistema, algo no funciona bien. Parece que no hay ningún interés por integrarlos ni acogerlos. Tampoco hay que olvidar que muchas de las ONG que surgieron tras el conflicto sirio, son organizaciones pequeñas, algunas incluso precarias, con la impotencia de querer hacer algo pero con pocos medios.

*Denuncia política

Toda la escenografía y el planteamiento de La voluntaria refleja bastante bien el funcionamiento de este tipo de organizaciones. Y aunque pudiera parecer que es una denuncia, que también lo es, se trata de la presentación de la necesidad de satisfacer una carencia de la protagonista. De mostrar cierta soberbia o suficiencia de los occidentales al suponer que sabemos mejor que nadie cuáles son las necesidades de estas personas que lo han perdido todo.

En realidad en la película hay muchas capas y una de ellas es de crítica ante la ineficacia de estos campos. Sin embargo, predomina la de pensar qué haría el espectador en un caso similar al de la protagonista, Marisa.

¿Verdaderamente sabemos cómo ayudar? ¿Lo hacemos de una forma realmente desinteresada? ¿Qué esfuerzos estamos dispuestos a hacer por los demás? ¿Cuándo anteponemos el bienestar de los otros al nuestro?

*Conclusión

La voluntaria es una inquietante película que mantiene en vilo y provoca en el espectador una tensión latente en todo momento.

Una forma diferente de abordar la pésima gestión del problema que viven los refugiados, dejando en evidencia que los campos no son la solución ideal.

Carmen Machi da vida a un personaje muy peculiar. Por un lado despierta simpatía, ya que actúa según le dicta su corazón, aunque por otro no puede disimular cuáles son verdaderamente sus intereses. Un formidable trabajo que la ha llevado a sentir un auténtico desasosiego, el mismo que el de la propia Marisa.

Por otro lado, también se puede apreciar el gran conocimiento de Nely Reguera sobre este asunto, ya que ella misma colaboró como voluntaria, hace unos años, en una ONG. Allí se cuestionó el papel que llevaba a cabo. Le llamó la atención la generosidad y hospitalidad que mostraban los refugiados a pesar de carecer de todo.

Escrito por Irene Abecia Navarro
Cinemagavia
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