Sí, eso es lo que hace Tim Burton, reinventar una y otra vez. Otros directores acaban fracasando en su empeño por girar sobre el mismo género una y otra vez, donde la mayoría fracasan Tim Burton triunfa, ni más ni menos. En ello consiste ser un genio. A estas alturas ya estoy ansioso por ver qué punto de vista ha aportado sobre la obra de Lewis Carroll, el listón fue dejado muy alto por la, probablemente, más maravillosa producción de Disney en su "Alicia en el País de las Maravillas". En cualquier caso esto no es para abrir boca, es una obra maestra más en el peculiar camino de este director por el cine. ¿Obra maestra? Simplemente sí, la recreación, la majestuosidad decadente y lúgubre de los espacios, la actuación de Johnny Depp y Helena Bonham Carter rayando a un nivel estratosférico y, por supuesto, el simple hecho de que un musical, con una temática tan atípica pueda ser y sea una obra para todos los gustos la convierten en una Masterpiece del maestro Burton.

Por lo que se refiere a la interpretación de la película quisiera aportar mi punto de vista. Sea como fuere nos encontramos con un claro choque generacional entre jóvenes, mirando hacia el futuro y "viejos", perdidos en sus sueños frustrados del pasado. Van a ser los sueños de los dos protagonistas los que van a imprimir el sentido y el dinamismo a la historia, pero quienes al final acabarán llevándose el gato al agua, dicho vulgarmente, serán los jóvenes, que tomarán el destino entre sus manos, hartos de estar permanentemente condicionados por sus homólogos de mayor edad*. En cualquier caso podemos ver que esos sueños cubiertos de polvo pero vivos en la mente de los protagonistas y determinantes en la vida de la comunidad, en tanto que condicionan su destino inmediato, ciegan e incapacitan a los protagonistas para vivir el presente (aquí podemos encontrar importantes reflexiones sobre el destino en tanto que acaba preguntándose uno si es dueño de su destino o simplemente tiene una capacidad de decisión que va a estar limitada por los que le rodeen en cada momento). Tanto condiciona ese pasado a los protagonistas, tanto los ciega y los incapacita que les lleva a cometer terribles errores, les lleva, simplemente, a un desprecio por la vida humana que supera con creces el límite de la cordura. Encuentro en la película una dura crítica contra el individualismo (perfectamente representado en el papel de Todd), el nihilismo (también Todd) y, porqué no, el maquiavelismo (el personaje encarnado por Helena Bonham Carter**).

En definitiva: un film excelente que, sin lugar a dudas, recomiendo ver en versión original.