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Voto de davilochi:
9
8,0
4.093
Drama
"Amarás a Dios sobre todas las cosas". Después de haberse separado de su mujer, un profesor universitario vive con su hijo Pavel al que procura transmitir su racionalidad y ateísmo. También le ha parecido conveniente enseñarle a usar el ordenador. Primero de los diez mediometrajes realizados por el director Krzysztof Kieslowski y el guionista Krzysztof Piesiewicz. Primera parte del "Decálogo", que se inspira en cada uno de los Diez Mandamientos. (FILMAFFINITY) [+]
7 de diciembre de 2010
26 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin lugar a dudas este film ha recibido críticas bastante buenas y completas, lo cual haría parecer inútil añadir algo más. No obstante tras haberlas leído todas he llegado a la conclusión de que falta algo para entender la trascedencia del contenido simbólico que Decálogo 1 alberga. Me parece curioso que nadie haya hecho referencia al hombre que sentado frente a una hoguera en mitad de ese desolador desierto de nieve y hormigón abre la película, no sé si por no entender o por no tener muy claro cuál es su papel. Pues bien, a mi me parece fundamental, en tanto que además va a aparecer en los otros nueve mediometrajes dedicados a los mandamientos. Por supuesto no creo que mi opinión sea concluyente, de tal modo que cualquiera puede estar abierto a hacer su propia interpretación, no obstante espero que mi reflexión sirva para estimular a otras. Este joven que, omnipresente por otro lado, contempla la vida de sus vecinos sería una alegoría del propio Kieslowski o quizás algún tipo de presencia divina (aunque me inclino mucho más por la primera opción, dado que todos los grandes artistas no han rechazado hacer patente su presencia físico-espiritual en sus obras) que contempla silencioso e impotente el dolor del pueblo polaco incapaz de contribuir directamente para cambiar su imprevisible destino (esa mirada observante contiene una solemnidad secular, un dolor indescriptible, lo cual nos podría hacer pensar que se trate de la propia Polonia entendida como "Mater dolorosa" - la Virgen María en la contemplación de la crucifixión de su hijo). Lo verdaderamente dramático de esta figura es que lo único que puede hacer es mirar. De hecho cuando el trágico final llegue él habrá desaparecido de la escena, pero el fuego junto al que se calentaba permanece allí, inapagado, lo cual, si nos ceñimos al Antiguo Testamento sería una representación de la presencia divina (sería una representación de la zarza que no se consumía vista por Moisés en el monte Horeb).
A partir de aquí las interpretaciones que se pueden dar al film son muchas y es obvio que Kieslowski debió de tener una de su preferencia, no obstante, como he defendido otras veces en mis críticas el artista es consciente de la multitud de interpretaciones a la que está sometida su creación y, de hecho, juega de forma consciente con esto.
A partir de aquí las interpretaciones que se pueden dar al film son muchas y es obvio que Kieslowski debió de tener una de su preferencia, no obstante, como he defendido otras veces en mis críticas el artista es consciente de la multitud de interpretaciones a la que está sometida su creación y, de hecho, juega de forma consciente con esto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Creo que este es el caso de "Decálogo 1". Lo que está claro (y esto ha sido bien destacado por las críticas) es el conflicto entre razón y fe, nunca concluido, lo cual, al mismo tiempo sería una representación de las dos polonias: una descreída y confiada en el conocimiento como fuente de certezas y progreso ilimitado (que no tiene porque identificarse extrictamente con la de época comunista pero sí es evidente que encuentra su paradigma en este periodo) y otra creyente, abnegada, observante, siempre dispuesta a poner la otra mejilla (en este caso sería la Polonia histórica, siempre tan maltratada por el destino). Este es un debate que se entiende dentro de ese periodo de cambios que 1989 anunciaba, de incertidumbre al fin y al cabo y de búsqueda del camino más correcto para superar las contradicciones y problemas que atenazarían a Polonia.
Resulta especialmente curioso el momento en que el bote de tinta de la pluma de Krzysztof se rompe derramando su contenido sobre los papeles en los que éste estaba trabajando. En un primer momento se queda verdaderamente extrañado por no poder encontrar la fuente del problema, sin embargo al descubrir que era el bote de tinta el que había quebrado sin mediar ningún golpe esto se convertirá en una premonición (si quieren un presagio). Unido a la prolongada ausencia de Pavel caerá por un momento en la cuenta de lo impredecible que puede llegar a ser la naturaleza, de hecho tardará en aceptar que podría estar en un error a pesar de que ya le han confirmado que la capa de hielo que cubría el lago estaba rota. Se obstinará en pensar que no podía haber error (he aquí una crítica a esa nueva forma de dogmatismo impuesta por el racionalismo y la ciencia) y no es que, como algunos usuarios han querido hacer ver, Krzysztof y el ordenador se equivocaran en sus cálculos, no (de hecho éste comprueba por dos veces el resultado): el problema es esa impredictibilidad de la naturaleza que nosotros creemos haber sometido gracias a la ciencia pero que constantemente escapa a nuestro control y previsiones. Algunos podrán pensar que el trágico destino del entrañable Pavel sería producto del castigo de Dios impuesto a su padre, Krzysztof, por haberlo desafiado abiertamente con su fe en la ciencia y su escepticismo religioso. Podría ser una explicación posible, por qué no. No obstante, en las escenas finales, el desesperado padre de Pavel se lanzará contra el altar improvisado en el lugar de la tragedia destruyéndolo parcialmente, furioso por no poder comprender esa fe propia de su hermana, por no poder conseguir el consuelo que ésta da a aquellos que la poseen.
Todo esto convierte a éste en un film único, pero no ya por la excelencia del guión y del reparto, sino además por su ambientación (uno de los usuarios afirma que no hay que triar mucho para encontrar lugares así en Varsovia) que añade un plus de angustia, la excelente fotografía y la combinación entre música e imagen, al nivel de los máximos genios del cine.
Resulta especialmente curioso el momento en que el bote de tinta de la pluma de Krzysztof se rompe derramando su contenido sobre los papeles en los que éste estaba trabajando. En un primer momento se queda verdaderamente extrañado por no poder encontrar la fuente del problema, sin embargo al descubrir que era el bote de tinta el que había quebrado sin mediar ningún golpe esto se convertirá en una premonición (si quieren un presagio). Unido a la prolongada ausencia de Pavel caerá por un momento en la cuenta de lo impredecible que puede llegar a ser la naturaleza, de hecho tardará en aceptar que podría estar en un error a pesar de que ya le han confirmado que la capa de hielo que cubría el lago estaba rota. Se obstinará en pensar que no podía haber error (he aquí una crítica a esa nueva forma de dogmatismo impuesta por el racionalismo y la ciencia) y no es que, como algunos usuarios han querido hacer ver, Krzysztof y el ordenador se equivocaran en sus cálculos, no (de hecho éste comprueba por dos veces el resultado): el problema es esa impredictibilidad de la naturaleza que nosotros creemos haber sometido gracias a la ciencia pero que constantemente escapa a nuestro control y previsiones. Algunos podrán pensar que el trágico destino del entrañable Pavel sería producto del castigo de Dios impuesto a su padre, Krzysztof, por haberlo desafiado abiertamente con su fe en la ciencia y su escepticismo religioso. Podría ser una explicación posible, por qué no. No obstante, en las escenas finales, el desesperado padre de Pavel se lanzará contra el altar improvisado en el lugar de la tragedia destruyéndolo parcialmente, furioso por no poder comprender esa fe propia de su hermana, por no poder conseguir el consuelo que ésta da a aquellos que la poseen.
Todo esto convierte a éste en un film único, pero no ya por la excelencia del guión y del reparto, sino además por su ambientación (uno de los usuarios afirma que no hay que triar mucho para encontrar lugares así en Varsovia) que añade un plus de angustia, la excelente fotografía y la combinación entre música e imagen, al nivel de los máximos genios del cine.