Media votos
7,8
Votos
1.391
Críticas
273
Listas
61
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de davilochi:
8
6,8
326
Drama
Tragicomedia basada en una obra de teatro de Dejan Dukovski, un dramaturgo macedonio de 26 años. Los esfuerzos de los habitantes de Belgrado por salir adelante después de la guerra, se muestran a través de diversos personajes que se cruzan en un día normal. (FILMAFFINITY)
24 de noviembre de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una interesante película que pone como contexto la violencia desplegada en Kosovo (la película fue proyectada por primera vez el año antes del ataque de la OTAN sobre Belgrado y su intervención en la pequeña provincia) y las peticiones de la Unión Europea para el cese de ésta. Sin embargo lo que toca más directamente a los protagonistas del film es la caótica situación político-económica y social de Serbia a finales de los años 90, de hecho la violencia es patente en todos los ámbitos de las relaciones sociales como bien muestra el principio del film: los serbios no creen que sus esperanzas puedan cumplirse en su país.
De igual forma es bastante interesante el tratamiento de la precaria situación de los refugiados serbo-bosnios y serbo-croatas, muchos de los cuales tuvieron que abandonar sus casas cuando las cosas se pusieron feas para ellos con los acontecimientos del año 95. Evidentemente gran parte de ellos marcharon a Serbia, país incapaz de hacer frente al reto socio-económica que supuso la llegada de tan inmenso flujo de personas. Además podemos constatar una completa desempatía enter los propios serbios, no existe nada parecido a un sentimiento de comunidad, la gente parece cansada del discurso nacionalista. No obstante el título del film se ajusta a la perfección al contenido de la película: nos encontramos ante una sociedad presta a saltar por los aíres ante la más mínima provocación o sobresalto (Paskaljevic no podía preveer en 1997-1998 el efecto que tendría la guerra de Kosovo y el bombardeo de la OTAN en el renacimiento del sentimiento nacionalista).
Estamos pues ante una sociedad desestructurada donde el principio de autoridad paterna ha quedado completamente roto, uno de los sostenes de toda sociedad que se precie; la mitad del país se encuentra en el paro; y los jóvenes muestran una completa indolencia hacia la cadena jerárquica de la edad: "La gente mataría por un trabajo y tú dices que no es para ti", le dice Ivan Bekjarev a su hijo, al o cual éste le contesta: "Eres profesor y trabajas conduciendo un autobús"... Hay una incomprensión total entre los miembros de la familia cuyas relaciones están cargadas de tensión. Sin embargo Ivan contesta tratando de conservar su dignidad: "Prefiero ser conductor de autobús a ser un criminal".
De igual forma es bastante interesante el tratamiento de la precaria situación de los refugiados serbo-bosnios y serbo-croatas, muchos de los cuales tuvieron que abandonar sus casas cuando las cosas se pusieron feas para ellos con los acontecimientos del año 95. Evidentemente gran parte de ellos marcharon a Serbia, país incapaz de hacer frente al reto socio-económica que supuso la llegada de tan inmenso flujo de personas. Además podemos constatar una completa desempatía enter los propios serbios, no existe nada parecido a un sentimiento de comunidad, la gente parece cansada del discurso nacionalista. No obstante el título del film se ajusta a la perfección al contenido de la película: nos encontramos ante una sociedad presta a saltar por los aíres ante la más mínima provocación o sobresalto (Paskaljevic no podía preveer en 1997-1998 el efecto que tendría la guerra de Kosovo y el bombardeo de la OTAN en el renacimiento del sentimiento nacionalista).
Estamos pues ante una sociedad desestructurada donde el principio de autoridad paterna ha quedado completamente roto, uno de los sostenes de toda sociedad que se precie; la mitad del país se encuentra en el paro; y los jóvenes muestran una completa indolencia hacia la cadena jerárquica de la edad: "La gente mataría por un trabajo y tú dices que no es para ti", le dice Ivan Bekjarev a su hijo, al o cual éste le contesta: "Eres profesor y trabajas conduciendo un autobús"... Hay una incomprensión total entre los miembros de la familia cuyas relaciones están cargadas de tensión. Sin embargo Ivan contesta tratando de conservar su dignidad: "Prefiero ser conductor de autobús a ser un criminal".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El drama es tal que la sociedad se ve completamente abandonada por la autoridad, lo cual se pone de manifesto en la arbitrariedad policial: hay un caos absoluto caracterizado por las relaciones del "ojo por ojo, diente por diente". A pesar de su ineficiencia en la regulación de las relaciones sociales Serbia aparece como un Estado policial: "soís demasiados para una ciudad de un millón [Belgrado], ¿50.000, 60.000?".
La sensación general de la sociedad serbia es perfectamente descrita por el speaker del Balkan Cabaret: "El mundo es absurdo. La política, una locura". Paskaljevic es crítico con la región balcánica por ser uno de los principales factores de desestabilización a nivel mundial, mostrando cierta vergüenza: "En sentido figurado estamos en el culo del mundo, me gusta decir que somos las hemorroides en el culo del mundo"
Paskaljevic nunca rechaza una mirada de altos vuelos, de modo que fiel a su espíritu crítico muestra la difícil situación de la postguerra en Bosnia también, dando una idea del grado de consolidación de las políticas de limpieza étnica que se llevaron a cabo durante la guerra (hoy en día el objetivo de los líderes serbo-bosnios es el sostenimiento de la constitución surgida de Dayton, porque asegura un statu quo favorable a sus supuestos intereses). Lo que trata de destacar Paskaljevic (quizás con la posibilidad de que ocurriera algo grave en referencia a Kosovo) es que la guerra o los problemas no acabaron en 1995, sino que se prolongaron en el tiempo.
Por último creo interesante destacar que hay una crítica al inmovilismo de la sociedad serbia, incapaz de replantearse su situación de un modo terminante, incapaz de tomar la batuta del cambio. La escena del robo del autobús es profundamente reveladora: "¿Usted se acuerda de cómo era esto con los turcos?"; "No"; "¿Y con los alemanes?"; "Tampoco"; "Ese es el problema, que nadie se acuerda. Necesitáis otra guerra cabrones. ¿Alguien de aquí sabe lo que quiere? Apuesto a que no. Sólo os quedáis ahí esperando a salir". He aquí una crítica a los problemas generados por la desmemoria o el olvido, la falta de conciencia, etc. Todo el mundo es testito de lo ocurrido en el autobús (metáfora de lo ocurrido en los Balcanes), pero todo el mundo prefiere huir, creen que es la mejor manera de tranquilizar sus conciencias, de huir de su responsabilidad como individuos.
La sensación general de la sociedad serbia es perfectamente descrita por el speaker del Balkan Cabaret: "El mundo es absurdo. La política, una locura". Paskaljevic es crítico con la región balcánica por ser uno de los principales factores de desestabilización a nivel mundial, mostrando cierta vergüenza: "En sentido figurado estamos en el culo del mundo, me gusta decir que somos las hemorroides en el culo del mundo"
Paskaljevic nunca rechaza una mirada de altos vuelos, de modo que fiel a su espíritu crítico muestra la difícil situación de la postguerra en Bosnia también, dando una idea del grado de consolidación de las políticas de limpieza étnica que se llevaron a cabo durante la guerra (hoy en día el objetivo de los líderes serbo-bosnios es el sostenimiento de la constitución surgida de Dayton, porque asegura un statu quo favorable a sus supuestos intereses). Lo que trata de destacar Paskaljevic (quizás con la posibilidad de que ocurriera algo grave en referencia a Kosovo) es que la guerra o los problemas no acabaron en 1995, sino que se prolongaron en el tiempo.
Por último creo interesante destacar que hay una crítica al inmovilismo de la sociedad serbia, incapaz de replantearse su situación de un modo terminante, incapaz de tomar la batuta del cambio. La escena del robo del autobús es profundamente reveladora: "¿Usted se acuerda de cómo era esto con los turcos?"; "No"; "¿Y con los alemanes?"; "Tampoco"; "Ese es el problema, que nadie se acuerda. Necesitáis otra guerra cabrones. ¿Alguien de aquí sabe lo que quiere? Apuesto a que no. Sólo os quedáis ahí esperando a salir". He aquí una crítica a los problemas generados por la desmemoria o el olvido, la falta de conciencia, etc. Todo el mundo es testito de lo ocurrido en el autobús (metáfora de lo ocurrido en los Balcanes), pero todo el mundo prefiere huir, creen que es la mejor manera de tranquilizar sus conciencias, de huir de su responsabilidad como individuos.