Christopher Robin es una conmovedora película dramática que maneja bien el tema de la nostalgia. Ewan McGregor hace un buen trabajo siendo el Christopher adulto y aunque Winnie y sus amigos no tienen un aspecto caricaturesco, sus diseños son interesantes. La trama es bastante buena, ya que su concepto se puede comparar con El Principito y es porque posee la misma moraleja. Esta película no es exactamente para los niños, sino más bien para los padres, porque su contexto se basa en no olvidar que todos en el pasado fuimos niños, ya que al crecer, ese niño que todos fuimos va desapareciendo y cuando uno es adulto, comienza a ver todo desde una perspectiva muy diferente y en ciertas ocasiones sombría viendo la vida como algo duro e ignorando que no siempre fue así. Simplemente, es para recordarnos que aún existe un niño o algo de nuestra niñez en nuestro interior que nos ayuda a ver una pizca de luz en un mundo oscuro. Todo esto se ve reflejado en la película y a través de los personajes y El Bosque De Los 100 Acres se puede ver reflejado la psicología de Christopher afectada por la dura realidad que uno tiene que afrontar siendo adulto. Esta película sin duda deja una muy buena enseñanza para los adultos y en vez de una adaptación, es más bien un excelente y bello final para la historia de Christopher Robin y sus amigos que llevan años entreteniendo a grandes y chicos y después de tantas películas animadas, este live action es un lindo y digno final para la saga de Winnie Pooh y sus amigos. Mi calificación para esta película es un 8/10.